Prólogo

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Habían pasado ya cuatro años desde que Hiro ingreso a la universidad, desde entonces se enfoco en tantas cosas que construir hasta que una noche, durante un sueño, le llegó la idea de poder viajar al pasado. Por lo que en el último año, junto a su querido hermano estuvieron desarrollando toda la teoría hasta que días atrás, lograron construir la máquina del tiempo e intentaron hacerla funcionar. 

—Prueba 123, abrir portal en el año 1839 en Japón— Tadashi se alejo de la cámara y camino hacia su pequeño hermano— ¿Listo Hiro?— el chico acepto fervientemente con la cabeza y apretó el botón de color verde que se encontraba en el panel de laboratorio. Un círculo de color azul con chispas y rayos blancos comenzó a formarse en medio de dos torres de metal grandes. Este se volvió tan grande que comenzó a mostrar un escritorio antiguo con lámparas de aceite aromáticas y flores de loto. —¿Estás viendo lo mismo que yo?— Ambos se acercaron al portal, Hiro lentamente camino y metió su brazo atraves del portal.

—Es real, puedo sentir el cambio de clima— el muchacho comenzó a entrar, pese a que su hermano le pedía alejarse, finalmente todo su cuerpo estaba dentro y con tal de detenerlo, Tadashi entro junto a Él—¡Vamos! ¡Tenemos que explorar! Tengo el rastreador y él control para poder abrir el portal. Además Honey está en el otro laboratorio, ella nos supervisará cada hora— indeciso, el pelinegro acepto con la cabeza y decidieron continuar. La habitación era lujosa, con espadas por las paredes y muebles de madera de roble, en el escritorio se encontraba un tintero con símbolos japoneses antiguos. Hiro abrió una gran puerta que daba a un dormitorio, que tenía ropa de estilo antiguo— Si queremos pasar desapercibidos debemos de usar ropa adecuada, y mira que aquí hay para ti— Hiro tomo un conjunto de un pantalón holgado verde y una bata color hueso con detalles verdes. Tadashi lo miro serio— ¡Vamos hermano! ¡No será tan malo!— Hiro lo empujó hacia el biombo. Tadashi soltó una risa y comenzó a cambiarse de ropa. Mientras, Hiro comenzó a caminar por un pasillo donde había pinturas y retratos de antiguos reyes, hasta que se encontró con uno tan familiar que le parecía irreal. 

—¡Hey Hiro! Mira encontré este para ti— dijo Tadashi mostrándole otro conjunto similar pero en tonos azules y lineas rojas. Al ver que su hermano no le daba atención, camino hacia él y guío la mirada hacia donde Hiro observaba. Una pintura, un retrato que parecía ser de él mismo. Con sus ojos cafés y su pelo negro, las mismas mejillas y los labios, en un conjunto totalmente verde esmeralda y una corona de emperador. Hiro silencioso tomo la ropa y entró a la habitación. Tadashi no sabía cómo sentirse, era un retrato muy parecido a él, como si fuera su reflejo en un espejo. Lo toco por un momento y la idea sobre estar en un mundo paralelo abordo su mente, reviso el rastreador: 1 de mayo de 1839, Tokio, Japón. El muchacho de pelos alborotados se acercó lentamente —Estamos en la misma dimensión, en la misma tierra pero más de trescientos años atrás ¿Quien es él?— Hiro lo miro suspirando. Su cerebro era muy brillante, pero no lo suficiente para entenderlo. 

—¡Alto ahí! ¿Quienes son ustedes?— Tadashi y Hiro voltearon hacia la voz, y se encontraron con sus reflejos. El joven de la pintura, el joven emperador estaba frente a Tadashi acompañado de otro muchacho, que vestía el mismo conjunto pero con la diferencia del pelo bien peinado y amarrado en una moña baja. Silenciosos se alejaron y el joven rey volvió a hablar— ¿Que clase de brujería es esta? 

—No es ninguna brujería majestad, mi nombre es Tadashi y este es mi hermano Hiro, somos visitantes— el joven rey dió un paso hacia delante y observo una vez más al pelinegro— ¿Cuál es su nombre majestad?

—Emperador Tad de Japón— contesto indignado— y Hiram primer ministro y príncipe. 

—Hasta nuestros nombres son parecidos— susurro Hiro. El rey confundido siguió exigiendo una explicación. Sin embargo ninguna la convencía hasta que Tadashi decidió contarle la verdad. Al principio al Rey le pareció una idea totalmente descabellada, como brujería y luego recordó algo que le dijo su padre cuando era pequeño. 

—Mi padre dijo que algún día lograría la humanidad, viajar por el tiempo. Que podía ser por magia o por ciencia— el joven emperador tomo asiento en el escritorio— mi padre era científico como ustedes y quería viajar en el tiempo— confundidos, ambos muchachos se sentaron frente al escritorio del joven rey— así que les creo. Creo que viajen por el tiempo. Si la magia existe porque la ciencia no habría de avanzar tanto. 

—¿De verdad majestad?— el joven acepto con la cabeza y se quitó la corona y bebió de su taza de té— ¿Puede contarnos cómo es su vida aquí?¿Qué hacen en esta época? 

—De acuerdo, con dos condiciones: uno, quiero ir al futuro y dos— dijo señalando a Tadashi— quiero que me reemplaces en una reunión que tengo con la Reina de Noruega, estoy seguro que los dejara boquiabiertos— Tadashi y Hiro se miraron. Al principio el hermano mayor comenzó a dudar y negarse inmediatamente, no podía actuar como un rey ni mucho menos estar en una reunión podía alterar el pasado y crear caos en el futuro. Finalmente Hiro le dijo que si algo sucedía, el rey se encargaria de arreglarlo. Aún temeroso, el muchacho acepto y cerraron su acuerdo con el emperador. 

El joven Tad solo era un muchacho de la misma edad que Tadashi, veintidós y había empezado a gobernar tan solo un año atrás, después de que sus padres fallecieran. Sin embargo cuando lo escucharon hablar de todas las responsabilidades con las que contaba, podía notarse su pezades y obligación. Hiro se atrevió a preguntarle si quería ser Rey, pero este lo negó profundamente. No quería ser rey ni dirigir una nación, solo quería ser libre y viajar por el mundo. Después comenzó a explicarle a Tadashi como debía de comportarse, que existía en ese momento y cuáles eran las costumbres que se seguían. Aterrado escuchó cada una de sus palabras y las anoto en su memoria, no quería cometer una equivocacion ni nada que le pesara a la nacion. Comenzo a dudar de su decisión pero Hiram y Hiro le prometieron que todo estaría bien. 

—Por último majestad— hablo tambaleante— ¿Porqué la Reina de Noruega nos sorprenderá? — el joven rey rio y se recostó sobre el asiento— ¿Porqué dice que si hay magia hay ciencia?

—La Reina Elsa tomo el trono hace un año, antes de eso, las princesas eran ausentes en los eventos y solo se presentaban los Reyes antecesores a ella. El día de su coronación de descubrió que cuenta con un don singular— Tadashi alzó la ceja y Hiram protesto que no era correcto hablar sobre ese tema— es capaz de crear y controlar la nieve y el hielo. Al principio todos la trataban como bruja, porque lastimo a su hermana en un accidente, pero después todo se estabilizó y ahora es una excelente Reina. 

—¿Crear y controlar la nieve?¿De verdad?— Tadashi no podía creerlo. Siempre fue un digno creyente de que la magia era la sensación del amor y la libertad, no de poderes y dones únicos. 

—Ustedes viajaron en el tiempo, ella hace nieve y hielo. Ambas ideas suenan igual de extrañas— Hiram suspiro molesto mientras observaba al joven rey. Si en algo no se parecían Hiro y Tadashi a Tad y Hiram era la actitud, un rey relajado y un embajador con aspecto de didactor— la reunión que tendrás con ella es para un acuerdo comercial. Muchos han tratado de cortejarla pero dicen que es distante— Hiro miro a Tadashi, con una mirada sugerente a lo que él rey comenzó a reír—No, no es lo que piensas. Tadashi no la cortejara— las mejillas del pelirrojo eran rojas y su mirada incómoda— claro, a menos que tu quieras. 

—La idea del tratado comercial es dar un primer acercamiento a la reina y a expandir el territorio—hablo Hairam— la corte decidió que si era posible unir a Noruega y Japón en una unión matrimonial, en Japón se obtendría la estabilidad economica que Noruega tiene y Noruega se modernizaria con la tecnología asiática— esta vez Hairam fue quien dió esa mirada sugerente— es por eso que el rey Tad no quiere asistir. Si no quiere ser Rey mucho menos esposo de una Reina. 

—¿Usted la ha visto? — el rey negó con la cabeza. 

—Solo una vez, es hermosa— suspiro— pero no estoy listo para ser rey menos para unir dos naciones. Es por eso que te pido vayas por mi. Así me aseguro de que el acercamiento fracase y no tenga que casarme con ella. 

—¿Y sobre sus poderes? 

—Slo son historias, en unos días tendrás que descubrir— dijo señalando a Tadashi— si es cierto que la magia existe. 

Corazón en el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora