1 de Abril de 1841. Arrendell, Noruega.
Una joven de hermosos ojos azules miraba los rayos de luz que entraban por su habitación. Con tranquilidad se levanto de la cama y se colocó su vestido: era de un degradado rojo a morado, con escote en V y suelto en la falda. Le agrego unos cuantos copos de nieve de acuerdo al color y luego peino su cabello en un medio moño y lo adorno con una tiara de hielo puro azul cielo. Después camino con tranquilidad atraves de los pasillos y fue directo hacia la habitación de su hermana menor.
En medio del caos provocado por la gran fiesta, los sirvientes corrían de un lado al otro tratando de tener todo listo. Calmada, la reina tocó la puerta.
—¿Elsa? ¡Dime qué eres tú! ¡Pasa!— escucho la voz alterada de su hermana. Ella entro con su porte elegante y un semblante relajado. Al otro lado de la habitación una pelinaranja estaba al borde del colapso nervioso, sus manos temblaban y las doncellas que estaba alrededor de ella, trataban de colocarle su hermoso vestido de novia, esponjoso y con flores adornandole— Yo-yo no sé que pasó ayer, me quedaba perfectamente y está mañana encogió— la chica casi gritaba y trataba de endurecer el abodmen pero el corse no cerraba.
La joven le tomo de las manos y miro a su hermana directamente a los ojos, tratando de infundirle paz—Todo estará bien Ana, ya veremos cómo solucionarlo.
—Estoy nerviosa Els. ¡Me voy a casar! Ninguna de las dos tiene idea de cómo será este día.
—Será perfecto. Lo mejor para mí hermanita— entonces con un movimiento de sus manos lanzo una chispa de copos y comenzó a rodearla. Convirtiendo su vestido en exactamente su talla y agregándole algunos detalles como brillos en la falda y en el corpiño— Es hermoso— susurro Ana, luego corrió a abrazar a su hermana— gracias Els— la reina solo nego con la cabeza y cuando se separaron Ana observó en su cabeza una tiara de hielo blanco adornada con algunas flores de su ramo— Oh, Elsa. ¡Te amo tanto hermana!
—Te prometí que sería el mejor día de tu vida... Solo deja que yo me encargue— de repente el sonido del toque en la puerta las interrumpió.
—Majestad, sus invitados de Japón han llegado y se encuentran en el gran salón.
—Tengo que irme— después bajo las escaleras con un cosquilleo en el estómago. Y las manos le hormigueaban extrañamente. Entro al gran salón donde el mayordomo la anuncio. Al instante los tres individuos alzaron la cabeza: juntos estaban el Emperador Tad y su esposa Emily, con uno de sus trajes típicos a juego. Se acercó a ellos, se habian convertido en buenos amigos hace tan solo tres años atrás cuando la nombraron reina de Arrendell, fueron los únicos que no le temieron a la extraña nevada y a sus poderes, desde entonces se veían para acuerdos o situaciones similares, desde su última visita al reino de Noruega había pasado ya un año. Sin embargo, a lado de ellos se encontraba un muchacho de ojos cafés y pelo negro, alto y con una sonrisa adorable. Sus ojos rasgados eran tan únicos y su porte era relajado pero elegante. En un instante cruzaron miradas y ambos se quedaron en silencio. No lo había visto, no lo recordaba y como nunca había viajado a Japón no tenía idea... Pero era como si ya hubiera visto ese lindo rostro en algún lugar.
—Tadashi, aprendiz real y principe de Japón— presento Tad. El muchacho se acercó a ella y le tomo la mano, sin dejar de mirarla. Después se inclino un poco y le dió un corto beso en el dorso de la mano. Entonces esa sensación se aceleró tanto, como cuando una ráfaga de viento te envuelve, cuando montas un caballo y corre a toda velocidad. Ambos se miraron una vez más, como si tuvieran una conexión, como si ya se hubieran visto en algún lado. Tad que miraba desde lejos, logro percibir la sensación de deja vu que los jóvenes tenían. La joven reina lo miraba directo a los ojos, como si quisiera abrazarlo y preguntarle dónde había estado. Y Tadashi la miraba como si en su mente ya la hubiera tenido entre sus brazos. Incómodos el mayordomo tomo la palabra.
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Corazón en el Pasado
FanficTadashi y Hiro Hamada han logrado construir una máquina del tiempo, sin embargo antes de darla a conocer al mundo deciden viajar al pasado, con la esperanza de conocer el mundo. Un día llegan al Reino de Noruega, dónde la Reina Elsa de Arrendell gob...