Tadashi desperto, estaba en su habitación con su pijama, era de noche y las luces de los edificios iluminaban el lugar. Entonces como si de un balde de agua helada se tratara, los recuerdos comenzaron a caer en su mente, al igual que las lágrimas comenzaron a derramarse. Podía recordar uno a uno, desde que observó aquella platinada cabellera llegar por el kiosko de la tierra, hasta el día que la perdió por un astuto juego del Tiempo. Recordaba tan vivida su imagen, su rostro triste y pesado aceptando un cruel destino. Había renunciado a su máximo deseo, había renunciado a amarlo y eso le quitaba su vida.
Cuánto deseaba verla una vez más, encontrarla en el futuro, o renunciar el mismo al pasado.Camino hacia el balcón y lo observó un momento, podía verla sonriéndole y diciéndole que lo ama. Amaba su risa, sus ojos azules como el hielo y su aroma a rosas, canela o chocolate. Ella olía siempre delicioso. Cayó de rodillas al suelo y comenzó a llorar y a mirar al cielo, suplicándole a la Luna, que si lo escuchaba hiciera algo.
—¿Porqué eres tan cruel?— la luna creciente comenzó a brillar con fuerza y entonces, un destello de luz azul apareció. Era como los que Elsa hacia con su magia. El destello comenzó a rodearlos y por un momento, sintió la chispa de que volvería a verla. El destello comenzó a formar una silueta de copos de nieve, hasta completar el rostro de Elsa. Se quedó cayado, observando la figura de nieve, el recuerdo de su gran amor.
—Te amo...— susurro, entonces las lágrimas comenzaron de nuevo, lo sentía tan cálido tan real. El recuerdo de Elsa le acaricio el rostro una vez más y lo miro dándole una sonrisa, tranquila y con su rostro tranquilo.
—Te amo Elsie...— entonces el recuerdo de la joven se convirtió en destellos que comenzaron a rodear su cuello y formaron un collar de nieve, el mismo que les había dado la vez anterior cuando estuvo apunto de morir. Detrás del copo de nieve había una inscripción: "Los cuatro espíritus te protegerán del mal" Miro hacia el cielo mientras tomaba fuertemente el collar— Gracias... Luna.
Hiro que desde la puerta observaba, corrio hacia el y lo abrazaba. La culpabilidad sentía sobre sus hombros y no sabía si podía liberarla algún día.
En Arrendell, el reino estaba cubierto por un manto de tristeza y dolor. Sus alegres colores habían sido apagados por una bandera negra en símbolo de duelo. En el castillo, junto a la pintura de sus padres, la pintura de la Reina Elsa de Arrendell, estaba cubierta con un velo negro. Ana y Kristoff se convirtieron en reyes ese mismo día, y su primer obligación fue el duelo por el gobernante anterior. El pequeño príncipe Adair lloraba por las noches buscando la voz de su querida tía. Olaf, los nevaditos, los guerreros de nieve y todo lo creado por ella, había desaparecido poco a poco. El reino se sentía vacío y solitario.
Ana estaba deprimida, lloraba mucho y no podía consolarse. Recordó cuando despertó, cuando le dieron la noticia de Elsa y recordó lo sucedido. El tiempo había cumplido su palabra, Adair estaba de vuelta pero Elsa se había ido. Y su muerte había arreglado todo, reescribió la historia diciendo que Hans se alió con el principe Hiram de Japón, y trataron de invadir Arrendell. Todo a espaldas de Tad, el Emperador de Japón. Esa había sido una buena noticia, ahora Tad era emperador de Japón y estaba casado con Emily, una doncella con la que creo alianza en Corea. Su muerte había sido borrada y Hiram pago vida por vida, al igual que Hans. Tad parecía no recordar absolutamente nada y cuando pidió disculpas y ofreció ayuda, era como si se conocieran por primera vez.
Kristoff observó como atraves de los días el vacío se sentía más, miraba la silla de la platinada, dónde ahora el se sentaba, miro al pequeño Adair buscando a Olaf o prestando atención a las voces, incluso lloraba por las noches y no podían calmarlo. Hasta que una noche, ambos estaban muy cansados y ni las doncellas lograron ayudarlos. Ana comenzó a cantarle de nuevo y se acercó a la ventana, mostrandole la luna. Entonces un destello como la magia de Elsa, se formó y tomo la forma de ella. Con lágrimas en los ojos ambos jóvenes observaron al recuerdo cantar la canción de cuna. Entonces el pequeño se quedó dormido.
Cuando Ana quiso acercarse, el recuerdo comenzó a convertirse en destellos y luego en sus collares de copos de nieve. El collar de Adair tenía una inscripción especial: "Te cuidaré de todo mal" y así, el pequeño durmió tranquilo los siguientes días. Cuando lloraba por la noche, el collar soltaba una chispa azul de nieve donde se escuchaba la voz de Elsa y al concluir desaparecía. Ana, agradeció a su hermana y la recordaba cada noche y día. Su recuerdo, su legado, no desapareceria jamás y dónde sea que estuviese podía estar en paz y tranquila.
Tres meses. Tres meses desde el sacrificio de Elsa. Hiro observó como Tadashi había perdido la alegría y la motivación. Su tía Cass se había dado cuenta y Tadashi le contó que estaba enamorado de una chica pero ella había fallecido. Desde entonces su querida tía trato de animarlo comprando su pizza favorita, llevándolo a lugares e incluso Hiro lo llevaba a fiestas. Honey y sus amigos, habían olvidado todo y Elsa no era recordada, ni si quiera Hans Island estaba en la historia. Baymax lo había diagnosticado con depresión e incluso le dió medicamentos. Pero no funcionaban. Y era verdad, la tristeza de Tadashi había llegado al interior de sus huesos y le dolía en lo profundo del corazón. Una noche llegó tarde por el tráfico, Hiro y su tía Cass lo esperaban, aquel día era la primera nevada en San Fransokyo y preparon pan y chocolate caliente. Pero al observarlo la mirada de Tadashi se había vuelto más triste y gris.
Su Tía Cass intento acercarse pero el muchacho solo nego con la cabeza y subió a su habitación. Hiro se sorprendió y se molestó. Habían pasado horas planeando, querían ayudarlo para que saliera adelante. Así que furioso subió a las escaleras y se encontró con Tadashi en la puerta del balcón, mirando la nieve caer.
—¿Qué te sucede? ¿Porqué eres grosero con Tía Cass? ¡Solo queremos ayudarte!— Tadashi negó con la cabeza y se quedó callado. No quería hablar, no quería si quiera moverse. Desde que el primer copo de nieve cayó sobre el, su pecho se sentía oprimido y su corazón vacío. Con la sensación de soledad hundiendolo— ¡Tadashi hasta de juegos! ¡Tienes que seguir adelante! ¡Está bien, Elsa ya no está, pero puedes continuar! ¡Ella querría eso! ¡Déjala ir!
—¡No puedo!— explotó finalmente Tadashi— No puedo dejarla ir, no puedo sacarla de mi corazón.
—¡Claro que puedes! Nunca la conociste, no te cruzaste con ella. ¡Se supone que no debías enamorarte desde el principio!
—¿Recuerdas lo que sucedió cuando Tad propuso su loca idea?— la voz de Tadashi se quebraba y daba paso al enojo y el dolor— ¡Me dijiste que no pasaría nada! Y paso, tres días me bastaron para enamorarme de ella, y días más para amarla con todo mi ser.
—Yo...
—No digas nada— susurro— después de que todo se volviera blanco y antes de volver aquí, en mi mente encontré al Tiempo y me dijo una cosa "Elsa y tú, son uno solo. Cada nevada, cada copo de cristal, cada hielo, será el recuerdo de la mitad que te hace falta. El duelo será tu castigo"—entonces las pequeñas lagrimas comenzaron a derramarse— Ella era mi mitad,mi complemento, éramos uno solo. Y ahora eternamente sufriré por ella. ¿Cómo me pides que la olvide? ¿Cómo lo hago? Si los miles de copos que caen en la ciudad me recuerdan a ella. Me dan este insaciable vacío y me reviven mis recuerdos.
—Yo-yo... No lo sé.
—Solo déjame, déjame vivir mi castigo— entonces Hiro se alejo y lo dejo, el pelinegro recargaba la frente sobre el vidrio mientras lloraba desconsoladamente.
Mientras tanto, Clarion, quien recordaba con claridad sus recuerdos y conocía la verdadera identidad de Tadashi. Le suplicaba a la Luna una sola oportunidad. La mujer estaba sentada en medio del bosque, rodeada de velas y con un antiguo pergamino. Cuando la media noche llegó y la luz de la luna iluminó el lugar, hizo una sola súplica:
—Luna, por favor, dale una oportunidad al muchacho. Su corazón es puro, el puede recuperar a su amada. Y lo sabes. Y sobre Elsa, sabes mejor que nadie que ella merecía un futuro mejor. Si de verdad estás decidida a ayudar, dales una oportunidad a estos dos enamorados, por favor.
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Corazón en el Pasado
FanfictionTadashi y Hiro Hamada han logrado construir una máquina del tiempo, sin embargo antes de darla a conocer al mundo deciden viajar al pasado, con la esperanza de conocer el mundo. Un día llegan al Reino de Noruega, dónde la Reina Elsa de Arrendell gob...