Capítulo 15

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Elsa observó el lugar, era Atohallan pero sin su luz mágica ni su brillo glaciar. Estaba en total oscuridad, entrecerrando los ojos pudo notar una figura, una persona. 

—¿Hola?

—Mi querida Elsa — dijo la figura, con una voz gruesa y masculina. Que retumbaba una y otra vez por todo Atohallan—soy el Tiempo y quiero decirte una sola cosa... Prepárate para fallar— la última palabra retumbaba una y otra vez, los copos de nieve comenzaban a caer con rapidez. Busco a aquella sombra pero había desaparecido. Entonces la nieve comenzó a arremolinarse creando un gran tornado, ella estaba en el centro tratando de calmar todas las voces que le gritaban "Vas a fallar" "Vas a fallar", los rostros de Ana, Kristoff y Tadashi sobre salían de repente de la pared de nieve y viento. Un dolor en su pecho comenzaba a acumularse y a dolerle. Cayó de rodillas mientras tapaba sus oídos tratando de callar las voces— ¡Cállense! ¡Por favor!— su voz rota se esfumaba y las voces gritaban más y más fuerte. Seguía de rodillas en el suelo la nieve se arremolinaba con más intensidad, podía ver sus manos congelándose y el vapor de su respiración. 

—¡Inténtalo una vez mas!. 

—Esa-esa es la voz de Tadashi... ¿Está aquí?— las voces comenzaban a detenerse y la voz de Tadashi resonaba de nuevo en su cabeza— Elsie...

—¡Tadashi!— comenzó a gritar, la nieve comenzaba a desaparecer y a envolverla. Sintió como el pecho se apretaba y de repente dió una gran bocanada de aire. Al abrir los ojos estaba en su habitación, rodeada por Baymax y otros robots similares. Estaba sentada sobre la cama y se sostuvo el costado al sentir un dolor punzante. 

—¡Está despierta!— celebraron los robots. Elsa los miro confundida mientras se recostaba de nuevo y le revisaban los vendajes— que extraño. La herida ha cicatrizado. Haré un escáner para comprobar la cicatrización por dentro—la reina acepto con la cabeza mientras miraba hacia la puerta, juraba haberlo visto. Tadashi la había encontrado, y si Baymax estaba aquí. El también— tejidos completamente regenerados. Quédate aqui, descansa un poco, avisaremos a tu familia y te traeremos comida— el robot salió de la habitación, todos los sirvientes se quedaron quietos en cuanto lo vieron. ¿Qué rayos era eso?— ¿familiares de Elsa Arrendell? —pregunto como si estuviera en una sala de emergencias. Al instante, una pelirroja se levantó de un sofa y camino hasta él, sin importarle lo que los sirvientes observaban.—Esta despierta y se encuentra totalmente recuperada ¿Pueden traerle comida y agua? Por favor— Ana inmediatamente ordenó todas las comidas que a la ojo azul le gustaban, en especial el helado y el pastel de chocolate. Los robots regresaron a sus cajas, mientras la platinada estaba sentada en la cama con la mirada perdida hacia el espejo, aún veía aquella sombra y a los hombres que la perseguían. Su herida dolía cada vez que recordaba como la espada la atrevesaba. 

—¿Elsa?— susurro la joven, la ojo azul dió un pequeño salto y la miro, relajando su mirada— ¿Estás bien? 

—Yo-yo creo que sí— la pelinaranja le tomo la mano y se miraron, al instante Ana la abrazo. Había tenido tanto miedo de perderla, de no volver a verla nunca más. Estar separadas tanto tiempo y reencontrarse por pocos años, era injusto. La vida era injusta con ellas. Las sirvientas entraron dejando todas las bandejas con comida y varias cajas con chocolates. Muchas le decían que se alegraban de verla sana y salva. Clarion quien observaba desde lejos y cordinaba a las sirvientas, salió discretamente de la habitación y corrió hacia la de Tadashi. 


Tad y Kristoff caminaban hacia el gran salón donde el jefe del consejo esperaba impaciente. Había solicitado ver a la reina pero se lo negaban, incluso los guardias del castillo ya lo habían amenazado. Cuando observó al príncipe y al emperador entrar, la sangre le hervia pero también estaba tan feliz. La prueba de que Tad estuviera aquí podría destituir a la reina. 

Corazón en el PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora