Corazón en el Pasado

Capítulo 18

Ana observó al muchacho frente a ella, el pelinegro tenía el semblante triste y una curva pronunciada en sus labios. Sostenía el copo de nieve del collar que Elsa había hecho para protegerlo. Lo miraba mientras algunas lágrimas escapaban. Después llegó Kristoff con la mirada oscura, nego con la cabeza en cuanto la vio. 

—Ann, algo va mal... Me dió su anillo de sellar y el collar de los cuatro elementos...— Hiro que cargaba al bebé se acercó—dijo que nos protegerían y estarían de nuestro lado..

—¿Ella-ella cree que morirá?— susurro el pelinegro, Tadashi seguía sin decir nada mientras se aferraba al copo de nieve. Ella tenía un plan, un mal presentimiento y se había asegurado de que todo estuviera bien para ellos, pero ¿Qué había de ella? ¿No sé protegería? Quería salir de Atohallan e ir a ayudarla pero el glaciar no se lo permitía, los cuatro elementos les hicieron guardia y cumplirían el mandato de la reina.

—Dijo que tenía un mal presentimientos...— una luz comenzó a brillar en Atohallan, estaba en medio del suelo y mostró una imagen: Arrendell apunto de defenderse. 

Elsa estaba de pie en el muelle, mirando hacia el horizonte. Su ejército estaba detrás de ella y de sus lobos y soldados de nieve, todos con una sola misión. El viento corría con fuerza y movía sus mechones de pelo que quedaron sueltos. A lo lejos se miraban once barcos, uno con la bandera de Japón. El rostro de la joven mostró su confusión. Era imposible que Hiram estuviera ahi. Tadashi lo había visto en el reino dos día antes, algo estaba mal, tenía que tardar catorce días en llegar. Aún más el pánico la invadió al ver que la bandera de los piratas estaba a la par con la bandera del imperio. Frunció el ceño y creo otra serie de soldados y lobos, estaba preparada para lo que fuera. Sin embargo sin tenía la esperanza de que se detuvieran, de que los barcos no avanzaran más pero no sucedió, seguían a paso firne. Junto a su caballo de nieve, camino por el puente hacia el mar. 

—¡Majestad!— grito el coronel, pero ella no hizo caso y continúo su camino. La platinada sintió un enorme peso sobre sus hombros y su cabeza, el mismo que sintió cuando se convirtió en reina.Suspiro mientras alzaba la mirada al cielo, deseaba que hubiera otro modo, que no se enfrentarán. Hiram era muy joven y ya lideraba una invasión, su mirada de odio podía percibirla. ¿Qué le había pasado para llegar al punto de matar a su hermano? Había tantas preguntas y muchas sin respuestas, dió un último suspiro de tranquilidad y regreso su vista a los fiordos. Cuando logro divisar perfectamente los once barcos, dió un paso en el fiordo, un copo de formó bajo sus pies y luego corrió al mar, congelandolo por completo. Su mirada era fría y decidida, su armadura era de metal brillante y estaba decorada con una capa con el símbolo de Arrendell, realzando su fuerza. En aquel instante mientras el hielo corría por el mar, su mente trato de darle paz, garantizándole que su familia estaría bien, lograría salvarlos a rodos. Los barcos se detuvieron y quedaron atascados con el hielo, la capa de hielo comenzó a subir por los costados y a cubrir los barcos. Hans observó como se comenzaron a congelar las provisiones, las bombas y las armas. Hiram se acercó al príncipe mostrándole un mapa— Tenemos que matar a la reina primero, nosotros atacaremos de frente, tu ve por el costado y mátala en la primera oportunidad. 

El principe acepto con la cabeza. Elsa comprendió que la bandera de los piratas era la alianza entre Hans y Hiram. De alguna forma extraña habían logrado encontrarse.

Los soldados comenzaron a bajar al fiordo congelado, la temperatura caía cada vez más haciéndolos temblar. Mientras miraban como sus barcos se llenaban de picos y quedaban inaccesibles, algunos comenzaron a dudar, olvidaron la magia de la reina. La joven monarca cubrió a sus soldados con escarcha para mantenerlos calientes y volvió a aseguarles que todo estaría bien, aunque más bien se lo aseguraba así misma.