El chico de las estrellas ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ¬ᶜᵒᵐᵖˡᵉᵗᵒ¬

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Un día, dos, tres, cuatro... Una semana había pasado después de lo ocurrido, el peligris no volvió a molestarlo, ni tan siquiera se indignaba a mirarle a los ojos.

Mientras teníamos a un Jeon JungKook muy pensativo después de lo ocurrido.

—Oye, JungKook ¿Estás bien? -no hizo caso al rubio- ¡Oye!

Golpeó su hombro, haciendo que el castaño saliera de su burbuja.

—Ah, lo siento..

—Desde hace una semana estás así, ¿Ocurrió algo? Has estado evitando a Kim y a sus amigos. ¿Te hizo algo? Dímelo, para ir a golpear a ese im-

—Sus amigos lo retaron a que me besara.

El rubio abrió lo máximo que pudo de sus ojos, estaba perplejo.

—Me negué varias veces hacerlo, pero el día en que teníamos hora libre... M-Me encontró en la biblioteca y me besó... Dos veces.

Narra JungKook*

—Lo admito, disfruté esa semana como no se lo imaginan, ni siquiera me miraba. -rió.

—Aún recuerdo ese día perfectamente... Ese JungKook de dieciséis, aún no sabía lo que iba a pasar.

—Tsss, Kim TaeHyung es un imbécil. No me sorprende lo que haya hecho en un pasado.

—Pero... Ese día cuando le dije a JiMin, su mirada cambió radicalmente, no sabía si estaba decepcionado, triste o enojado. Pero ¿Por qué estaría triste?

Termina narración*

Los dos iban caminando justo para llegar al desayunador, pero JiMin se detuvo una vez que pudo percatar a Sung Tae-O.

Ah, Tae-O, un chico de último año. El chico que a JiMin le gustaba.

El rubio lo tomó de su chaleco, el castaño volteó asustado.

—¡Hola Tae hyung! ¿Ya comiste? ¿Estás durmiendo bien?

El mencionado vio por unos segundos a Jeon y luego volvió su vista hacia el rubio quién sonreía de una manera muy hermosa.

Aunque Tae no lo notara.

—Oh, sí, gracias... Tengo que irme-

—¡Oh! Podemos ir juntos. -sonrió.

JungKook se volteó y siguió caminando hacia el desayunador, en realidad se estaba muriendo de hambre.

Pero el apetito se le había ido cuando se topó a Kim en su camino.

—Oye, cuatro ojos.

—Mira Kim, no tengo tiempo. Me muero de hambre.

Intentó pasar por alto, pero un brazo se lo impidió. Realmente lo estaba lastimando.

—Te estoy hablando, no me ignores.

Se soltó del agarré y lo miró.

—¿Qué?

—Eres un imbécil. ¿Creeíste que dejaría de molestarte? Qué idiota. -sonrió.

—Oye, en realidad tengo demasiada hambre, pero tengo una duda. -se acercó a él- ¿De verdad querías ese dinero o mis labios?

Dijo al mismo tiempo que varios estudiantes habían pasado por el pasillo y lo único que Kim hizo fue estamparlo a la pared y acorralarlo.

—Dilo en voz alta de nuevo y te moleré a palos, maldito bastardo.

JungKook sonrió.

—¿Tienes miedo, cierto? Tienes miedo de que se enteren que tú, besaste a alguien como yo. Te morirías si tu reputación bajara y que fueras el nuevo objeto de burla, ¿No? -susurró.- Te lo voy a dejar en claro Kim. Tengo con qué defenderme y no tengo miedo en utilizarlo. Así que cuida tus pasos.

Empujó al grisáceo para irse.

Aunque eso había sido muy valiente de su parte, su corazón había latido demasiado fuerte y sus manos estaban temblando.

Al llegar al desayunador, se encontró a JiMin solo en una de las mesas, fue hasta él y se sentó enfrente suyo.

—¿No habías ido con ese idiota?

—Agh, me dijo que no necesitaba mi ayuda y que desapareciera de su vida. -suspiró.

—Aléjate de él, es un imbécil que te hará daño.

—De hecho no me gusta.

—¿Entonces por qué le sigues hablando?

—Solo... Porque sí. -sonrió.- ¿Y tú por qué llegaste después?

—Me topé con Kim en el camino.

Narra JungKook*

—Ese día... Fue el primero en el que me agredió físicamente, no me lastimé, pero fue... Fue como ver su otra cara.

—Oh, creo que lo dije muy temprano. Omitamos eso. -sonrió.

—Como sea, sobre ese tal Tae-O... Cada que iba con JiMin y él se lo encontraba, él me miraba. No le prestaba atención a JiMin. Y eso me enojaba mucho. Pero después de saber que no le gustaba, me dejó más confuso.

Bufó.

—Déjame decirte algo Park JiMin... -miró hacia en frente- Lo jodiste. -formó una pequeña y apenas notable sonrisa.

Termina narración*
















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