La princesa de Luthoria

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Lena

La mañana estaba lluviosa, las gotas de agua golpeaban incesantes contra la ventana de la habitación, afuera todo estaba gris y frío pero adentro, estábamos cálidas y seguras.

-Buenos días princesa, ¿Cómo te sientes?-Mi amada Kara me habló con su voz ronca por el sueño.

-Buenos días mi amor, me siento mejor que nunca, aunque me duelen las piernas.- Kara soltó una risita y me abrazó más fuerte.

-Lamento causarle incomodidad amada mía, pero confieso que me encantaría repetir ahora mismo la noche anterior.- mientras mi amada hablaba una de sus manos comenzó a acariciar mis senos y su boca devoraba mi cuello.

-Estaré encantada de repetir la noche mi amor.- Kara enterró sus dientes en mi cuello y con un empujón duro de sus caderas me penetró de una vez.

Gemí encantada por la sensación de sentir a mi alfa dentro de mi nuevamente, una vez que el dolor inicial pasó, el placer llegó fuerte, tenía a Kara embistiendo desde atrás rápido y duro mientras sus dientes estaban clavados en mi cuello y sus manos acariciaban mis senos.

-Kara más dame más fuerte.- mis gemidos y súplicas salían bajos pues podíamos escuchar ruidos afuera de los trabajadores que comenzaban sus tareas del día.

-Puedo olerlo, tu celo está cerca, cuando llegue te anudare tantas veces y te daré tanta de mi semilla que me darás más de un cachorro.- gemí más alto sin poder controlarlo, Kara hablando sucio me volvía loca.

Mi amada estaba durando más que la noche anterior, yo estaba encantada por eso, Kara no estaba rota solo necesitaba a su Omega, el ritmo de las embestidas eran feroz, mi orgasmo estaba cerca, la presión en mi vientre era cada vez más grande.

-Kara, soy Kal, los caballos están listos para partir, los comandantes han sido notificados y ya han arribado al cuartel, debemos partir de inmediato.- mi amada gruño muy alto pero no dejó de embestirme.

-No hagas ruido mi amor.-Kara me puso boca abajo en la cama y siguió embistiendo.- Iré en seguida Kal, me quedé dormida, no tardo, pide que preparen una carreta, Liam vendrá con nosotros.

Ya no aguantaba más el nuevo ángulo con el que la dureza de Kara golpeaba dentro de mí me estaba llevando al límite, mi amada hablaba tranquila con su primo mientras me tenía contra la cama gimiendo y apretando las sábanas con mis manos, ya no podía más, me dejé arrastrar por el placer teniendo mi orgasmo y sofocando mis gemidos contra la cama.

-Kal pu… puedes retirarte.- cuando mi alfa me sintió apretarme a su alrededor, se atragantó con su palabras.-Date la vuelta mi amor.

Mi amada se retiró de mi interior y me hizo darme la vuelta, cuando me vio a los ojos me sonrió y me regaló un beso lleno de amor y pasión, sabía que no había tiempo para anudar y quedarnos en la cama toda la mañana, Kara puso sus piernas a los lados de mi cuerpo, de rodillas sobre mi y me miró con lujuria y amor, con una de sus manos comenzó a acariciar su carne dura y grande.

Su mano iba rápido arriba abajo, yo alternaba mi vista entre sus ojos y su mano, muchas veces habíamos hecho algo así ella se tocaba para mí o yo para ella, Kara comenzó a gemir más fuerte y su mano iba más rápido.

-Aaah Lena, te amo.-Kara cerró sus ojos y sentí como un líquido cálido caía sobre mi abdomen y parte de mis senos.

Mi amada se dejó caer al lado mío sonriendo, yo estaba igual de feliz, me sentía completa y llena de amor, Kara se recuperó rápido y se levantó, regresó del cuarto de baño con una toalla húmeda y se acercó a mi.

-Hice un desastre, tenía años sin dejar salir mi semilla tal vez por eso sea tanta.-Kara limpiaba mi abdomen y me sonreía.

-Me encanta tu desastre, siempre ha sido así amor tienes mucho que dar, ve a limpiarte, tienes que salir a cumplir con tus deberes reales, iré por Liam para vestirlo.-Nos besamos una vez más.- te amo mí Alfa.

El Río RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora