Sentía la mirada de Samantha perforando mi cráneo, ella estaba molesta por la forma en que aleje al pequeño, ¿pero qué más podía hacer?, él decía que yo soy su madre pero eso no podía ser, tal vez eran sus ganas de tener un padre lo que lo hacía decir esas cosas y tal vez fui muy dura al mandarlo a dormir y a viajar con mi amiga, pero debíamos mantener la distancia, ya estaba afectándome demasiado, mi alfa luchaba cada vez más por ser libre, debía preguntarle a mi tía sobre la medicina.
Volteé hacia Samantha cuando divisé las torres del castillo en Argo, ella iba viajando con Liam, el pequeño estaba dormido pues lo habíamos levantado muy temprano para continuar el viaje, mientras más rápido llegáramos más rápido podríamos planear la guerra.
-Es hora de que pongas al cachorro en la carreta, es peligroso que entremos con él a la ciudad, la gente podría atacarlo.- Ella asintió y dio la orden para detenernos.
La caravana paró al lado del arroyo, descendimos de los caballos, Kal ayudó a sostener a Liam para que Samantha bajara, él niño abrió sus ojos pero evitó mirarme, eso se sintió como un puñal en el pecho y no podía ser así, él me estaba confundiendo.
-Venga Liam vamos a meterte a la carreta ahí estarás a salvo, pronto estarás con tu madre.-el pequeño le susurró algo al Sam y ella asintió mientras comenzaba a quitarse la capa.
No se porque pero mi alfa no iba a aceptar eso, le gruñí a Samantha y caminé rápido para entregarle mi capa a Liam, él cuando me vio se asustó, yo no le haría daño.
-Liam, puedes tener mi capa es más suave que la de Samantha.-Le puse la capa encima él se refugió en ella.
-Gracias mamá, me gusta mucho tu capa, ¿Podré tener una alguna vez? La quiero verde como los ojos de mi mamá Lena.- Le sonreí al pequeño pero no contesté su pregunta, hacerlo sería darle esperanzas.
Todos volvimos a los caballos y reanudamos el viaje hacia Argo, sería bueno estar en casa después de tantos días fuera, además pronto podríamos atacar Luthoria y terminar la guerra por primera vez en muchos años krypton tendría paz.
-No te hará daño contestar sus preguntas, es solo un niño y tú has sido cruel con él, no te matará sonreírle un poco.-Samantha estaba molesta, hablaba y gruñía.
-Él no es mi hijo, hacerlo solo lo lastimara más y eso sí sería crueldad.-Comenzamos a cabalgar más rápido por delante del grupo.
-¿Y como estás tan segura que no es tu cachorro? te has negado a olerlo o a revisar su marca, creo que solo eres una maldita cobarde.-Sam tenía razón, tenía miedo de lo que podría significar que él fuera mi hijo.
-¡No soy cobarde!, solo no quiero que Liam sea mi hijo, eso sería un horrible desastre y no quiero esos problemas.-Mi amiga volteó a verme tan enojada que me hizo detener la marcha.
-¡Baja del maldito caballo Kara!, vas a oler y revisar a ese niño y te vas a tragar tus malditas palabras, ¿Cómo te atreves a decir semejante estupidez? Estar con Astra te afecta demasiado-Sam saltó de su caballo y después fue hacia el mío jalándome para que bajara.
-Estas loca, ese niño no puede ser mi hijo, ¡ya basta maldita sea!, deja de jalarme, voy a oler al niño para que dejes ese tema por la paz.-Baje del caballo y caminé hacia la caravana que se había detenido a unos metros de nosotros.
Todos los soldados me veían raro pero ninguno se atrevía a decir algo, cuando llegué a la carreta me temblaron las manos pero Sam abrió la puerta y las dos entramos, Liam estaba dormido envuelto en mi capa y sus cabellos negros estaban desordenados.
-Míralo y dime qué tú alfa no se siente orgulloso de este cachorro tan hermoso y fuerte, ahora vas a olerlo y a revisar la marca de La casa de El, por suerte esa maldita poción tuya se rompió, tu alfa debe ser capaz de reconocerlo.-Mire a mí amiga asustada mientras me arrodillaba junto a Liam.
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El Río Rojo
AdventureLa tierra de krypton era hermosa llena de recursos y habitada por personas buenas que eran regidas por un alfa al que llamaban Rey, lo amaban y respetaban pues este había sido elegido por la luz de Rao para gobernar, o eso era lo que le decían a la...