Escapar

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Maratón 4/4

Tenía la mano de Liam agarrada, los dos estábamos corriendo por la orilla del río, podía escuchar unos pasos pesados y la respiración agitada de mi pequeño, debíamos escapar no permitiría que nadie dañara a mi hijo.

El bosque estaba obscuro y mojado, la lluvia estaba cayendo empapando mi ropa, eso no me importaba necesitaba poner a Liam a salvó, pero los dioses no estaban de mi lado, el camino se acabó cuando llegamos a la cascada, los pasos se detuvieron y mi niño gimió asustado.

-Mami tengo miedo, ayúdame. -Puse a Liam detrás de mi cubriéndolo con mi cuerpo.
 
-Por favor no nos hagas daño, somos tu familia. -Kara estaba frente a nosotros con su espada en mano y viéndonos con sus ojos furiosos y fríos.

-Ustedes no son mi familia, yo soy la reina de krypton, ¿Cómo pudiste pensar que yo me enamoraría de ti? Eres una Luthor, tú y tu pequeño bastardo los odio.-Kara se iba acercando a nosotros Liam estaba aferrado a mí y lloraba.

- ¡Por favor Kara no lo hagas!, Liam es tu hijo, solo tiene cinco años. -cada vez estábamos más cerca de la orilla.

-tendrás una muerte lenta y dolorosa, pagarás todo el sufrimiento que tu maldita familia me hizo pasar, te mataré y me llevaré a ese bastardo a las minas donde será un esclavo azotado hasta que muera. -Kara me apartó de Liam.

Mi pequeño luchó por quedarse conmigo y yo por protegerlo, sus pequeñas manos mojadas se me resbalaron de las mías, su llanto desgarraba mi corazón, Kara me tomó del cuello ante la atenta mirada de mi pequeño.

-No lo hagas Kara por favor. -Ella no escucho, me llevó a la orilla y con una sonrisa sádica me atravesó con su espada y me lanzó al vacío, lo último que escuché fue a Liam gritar por mi.

- ¡Liam! - me desperté gritando, mi hijo, necesitaba volver con él, intenté levantarme de dónde estaba, pero alguien me lo impidió.

-hey tranquila más despacio, todo está bien princesa Lena, si se mueve muy rápido puede abrir los puntos de su cabeza. - una Omega castaña y de ojos café me hablaba mientras presionaba mi cuerpo en la cama.

-Déjame ir, no quiero estar aquí, déjame… por favor. -Comencé a llorar, yo solo quería irme de ahí, quería a Liam y a mis amigos y olvidarme de Kara.

-Hey no llores, me hará llorar a mi también, Tranquila.-La Omega desconocida me abrazó y yo lloré más fuerte.- ¿Quien es Liam? Lo llamaba en sueños.

La mire con desconfianza, seguramente le habían pedido que me sacara información, pero sí Kara quería saber de su hijo que abandonó tendría que preguntarme ella misma.

-Está bien, no me digas entiendo tu desconfianza, me llamo Nia y soy la asistente del sanador, tenías una herida muy fea en la cabeza, la reina ya ha castigado a tus guardias, si me dejas curarte te dejaré descansar. -Ella se acercó y me quitó un vendaje de mi cabeza.

- ¿Cuánto tiempo llevo dormida? -Mi voz salió ronca por el llanto.

-Tres días, despertaste cuando te estábamos suturando, pero volviste a dormir, Lamento no poder dejarte ir pero si lo hago nos meteríamos en problemas las dos, la reina te necesita para algo importante o al menos eso parece. - Yo asentí no metería a nadie en problemas por mí.

Nia curó la herida de mi cabeza y de mis manos, cambio mis vendajes y me dejó descansar, pero yo no podía hacerlo, necesitaba escapar, lentamente me incorporé en la cama, todo me daba vueltas y náuseas, destape mis piernas, alguien me había cambiado el vestido sucio y ensangrentado por una bata blanca, poco a poco baje mis piernas de la cama, dudé un poco, pero me levanté.

El Río RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora