Maratón 1/4
La naturaleza de un alfa comúnmente era ser protector, pero si su Omega estaba esperando a sus cachorros se ponía mucho más cuidadoso y protector de su familia, pero con Kara todo se había multiplicado.
-Cariño puedo caminar sola hasta la escuela, por favor ve al mercado, estaré bien.-Kara me llevaba tomada del brazo y además cargaba mi bolso con los libros.
-Quiero asegurarme de que lleguen a salvo a la escuela, podrías resbalar y caer si yo no estoy aquí, además estos libros pesan mucho y el sanador dijo que no debes esforzarte.-yo asentí resignada Kara era sobreprotectora y yo no podría cambiar eso.
La semana anterior habíamos ido a visitar al sanador para que me revisara, estaba apunto de entrar a mi tercer mes de embarazo y Kara insistía en que debía tener la mejor atención, por supuesto el hombre dijo que todo estaba bien y luego de darme algunas indicaciones nos dejó marchar, pero mi amada se había propuesto seguir más indicaciones al pie de la letra, si por ella fuera yo no saldría de casa.
-Listo hemos llegado, ahora sí ve a trabajar por favor.-Voltee hacia mi amada y le besé en sus dulces labios.
-Está bien, está bien, te amo Lena, te amo bebé.-Kara beso mi frente y acarició mi abdomen.-Cuídate y no hagas esfuerzos, vendré por ti para comer.
-Yo también te amo amor y tu cachorro también te ama, ve a trabajar antes de que te ponga a ti a dar las clases.-Kara sonrió y después de darme otro beso salió corriendo hacia el mercado.
Sin duda los dioses no pudieron darme una mejor compañera, Kara era perfecta para mí y sería la mejor madre para nuestros hijos, dejé mis pensamientos de lado pues mis alumnos comenzaban a llegar, ahora tenía dos grupos, por la mañana los de nivel básico y por las tardes los avanzados, yo daba todas las clases al nivel básico y algunas al nivel avanzado, además winn les enseñaba ciencias complementado sus conocimientos.
Al llegar la tarde me sentía agotada, terminé mis clases y dejé al grupo con winn, decidí esperar a Kara en la entrada de la escuela, quería ir a casa y dormir toda la tarde, no tuve que esperar mucho mi amada llegó puntual por mi y fuimos a la taberna a comer algo delicioso.
Después de nuestra comida yo no quise pasear por la plaza, realmente me sentía sin fuerzas así que mi amada me llevó a casa, cuando llegamos Kara me llevó a la habitación y me ayudó a cambiar mi vestido por algo más cómodo.
-Listo mi amor, vamos a meterte en la cama.-Vi a mi amada acomodar las almohadas.-Ven, estarás más cómoda y cálida aquí.
Le hice caso y me acosté en nuestra cama, Kara besó mi frente y me cubrió con las cobijas, acarició mi cabello y poco a poco el sueño me fue invadiendo, lo último que supe fue que mi alfa estaba cerrando las cortinas para que no entrara la luz.
Yo tenía muchos momentos dolorosos de mi vida en mis recuerdos pero sin duda había dos que me hacían que me doliera el corazón y se me agrietada un poco más mi alma.
Desperté porque sentía un dolor punzante en mi vientre, además de una desagradable humedad entre mis piernas, mi cuerpo empezó a bombear miedo, con mucho esfuerzo quite las cobijas y lo que vi me hizo gritar, había una mancha roja en las sábanas, estaba sangrando.
No supe que hacer más que llorar, esa mancha de sangre no era otra cosa más que mi bebé, a los pocos segundos entró Kara en la habitación, al parecer había corrido a buscarme cuando escuchó mis gritos, ella me vio llorando y luego vio la horrible mancha roja en las sábanas, no dijo nada solo se acercó y me abrazó muy fuerte mientras besaba mi frente.
Sentía como si me hubieran arrancado un pedazo de mi alma, había perdido a mi bebé y ni siquiera lo había conocido.
-Vamos mi amor, hay que limpiarte, todo va a estar bien Lena te tengo todo estará bien.-Kara me hablaba mientras me ayudaba a levantarme.
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El Río Rojo
PertualanganLa tierra de krypton era hermosa llena de recursos y habitada por personas buenas que eran regidas por un alfa al que llamaban Rey, lo amaban y respetaban pues este había sido elegido por la luz de Rao para gobernar, o eso era lo que le decían a la...