El señor de Kandor

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Lena

Abajo en el patio todo estaba listo, la carreta que nos llevaría hacia el puerto estaba esperando junto con mis amigos a que Kara, Liam y yo termináramos de despedirnos, nosotros no queríamos irnos no queríamos dejar a Kara sola, pero mi alfa era extremadamente protectora.

-Los amo y los extrañaré muchísimo, cuando todo esto termine iré por ustedes y seremos una familia lo prometo.- Kara abrazaba a nuestro cachorro pues Liam no quería irse y estaba llorando sin control en los brazos de su madre.

-Pero no quiero irme, soy feliz aquí, Krypton es bonito, además no podrás derrotar a ese Rey malo tú sola, nos necesitas para cuidar de ti.-Mi pobre cachorro se aferraba a miles de pretextos al igual que yo.

-Mi prioridad es que ustedes salgan bien de esta batalla, no podría vivir sabiendo que los lastimaron por mí, Liam debes irte y ser fuerte por mí, tú y tu madre son mis mayores tesoros.- Kara volteo a verme por ayuda, sus ojos estaban húmedos.

-Liam cariño, tú y yo seremos los refuerzos de tu madre, seremos su arma secreta, el Rey malo no sabrá que estamos esperando para sorprenderlo.-Ni Kara ni yo le habíamos contado la verdad a Liam, él no sabía que su tío quería asesinarlo.

-¿De verdad? ¿Seremos tu batallón sorpresa mamá?-La voz de mi cachorro se alegró un poco.

-Eeeeeh si, no quería decírtelo, ¡Lena, esa era una sorpresa!- Kara se veía confundida pero seguía mi juego.

-Lo siento mi amor, no podía seguir guardándolo.- Les sonreí y Liam comenzó a saltar emocionado.

-Eso es genial mamá, estaremos listos para ayudarte, tengo que contarle a Gayle y al tío Jack, gracias mamá.-Liam abrazó a Kara y salió corriendo para contarle a sus tíos.

-Gracias Lena, no sabía qué más decirle.- Kara me veía apenada, seguíamos distantes.

-Solo debemos hacerle esta situación más fácil de llevar, es solo un niño de cinco años, ya ha sufrido suficiente.- Bajé mis ojos tratando de ocultar mis lágrimas.

-Esto será lo último, haré este mundo más seguro para nuestro cachorro y para ti también.- los brazos de Kara me envolvieron, aspiré el olor de mi alfa, dulce como el pan y las galletas, pero fuerte como la madera y la tierra húmeda.

-No tienes que hacerlo sola, somos un equipo, cuando me marcaste me hiciste tu compañera, Kara enviemos a Liam y juntas derrotemos a mi hermano, tú me cuidas y yo te cuido.- Para reafirmar mi punto mordí suavemente el cuello de mi alfa.

-Necesito que estés a salvo, no puedo luchar sabiendo que estás en peligro, eres mi vida Lena, si te dejo quedarte solo le daré a Lex su victoria, sería una alfa horrible si no te protejo.-Kara me abrazó más fuerte.

-No seas una alfa necia ahora, me casé contigo porque eres diferente, jamás has creído esas tonterías, el alfa fuerte cuida al Omega débil.- Estaba llorando más fuerte ahora al igual que mi Kara.

-Sé que no eres débil mi amor, eres fuerte e inteligente y te amo por eso, pero, también eres mi debilidad, yo no puedo vivir sin ti Lena, yo no soy tan fuerte como tú.- un sollozo abandonó mi garganta.

-no tienes que vivir sin mi, pero por favor déjame ayudarte esta vez.-Bese los dulces labios de mi alfa.

-Me ayudarás cuidando a Liam y manteniéndote a salvo, te amo Lena, siempre te amare.-Kara besó mi frente.

-Es hora de irnos Lena, verás que todo estará bien, lo prometo.- Jack me habló suave mientras observaba el castillo de Argo por última vez.

El Río RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora