El Consejo

3.4K 357 157
                                    

Astra

La marcha de mi caballo era rápida y constante, mis hombres me habían despertado pues un grupo de soldados había encontrado nuestro campamento nuevamente y se disponían a atacar, las últimas semanas habían sido así, Kara tenía dispuesto al ejército en las Fronteras y en grupos de rastreo para encontrarnos, las bajas estaban presentes en ambos lados pero desgraciadamente más de la mitad De mis hombres habían caído.

El objetivo estaba claro en mi mente, llegar al Río Rojo y cruzarlo para entrar en Luthoria, una vez ahí Kara no podría seguirme, pero mi sobrina me estaba poniendo las cosas muy difíciles, las fronteras estaban muy vigiladas y ya no podía esconderme en ningún lado pues ella me estaba cazando sin piedad, irónicamente me sentía orgullosa.

Nuestra última esperanza para cruzar a Luthoria era por la parte norte de krypton, no era un lugar bonito y los acantilados del río eran enormes, fronteras naturales y seguras, por lo mismo eran las menos vigiladas, estábamos a dos días de viaje a caballo cuatro días caminando.

-General, ¡Debemos deternos!, reagruparnos, además está herida señora.-Non tenía razón mi hombro ardía por la flecha que había impactado.

-Está bien, más adelante hay un sistema de cuevas ahí podremos pasar la noche, da el aviso.-él asintió y yo aceleré el trote del caballo.

Las cuevas estaban húmedas por las lluvias pasadas, pero mis hombres se movían rápido para dejar las cosas más cómodas para pasar el resto de la noche, deseaba ayudarles, pero no me era posible, pues tenía una punta de flecha en mi cuerpo, que un estupido soldado había lanzado, por suerte le corté la cabeza con mi espada.

-Señora está Omega dice que puede ayudarle.-Non llegó empujando a una mujer Omega.

-Que lo haga rápido está cosa me está matando.-El empujó a la mujer y ella se acercó a examinar mi herida.

La Omega era parte del grupo de mujeres que habíamos tomado para que nos sirviera, ella pidió agua,  un cuchillo y sutura, limpió mi herida y con cuidado comenzó a retirar la punta de flecha, cuando al fin salió sentí un dolor inmenso pero no hice una sola reacción, con alivio observé que la punta no estuviera envenenada,  finalmente la mujer comenzó a suturar mi piel, dolía pero era mejor que la flecha.

-Terminamos señora, espero se recupere pronto. -la mujer se iba a retirar, pero yo la empujé contra una de las paredes rocosas y levanté su falda.

-Termina de servirme Omega. -Ella no se movió y tampoco se negó, así que la tomé duro contra la pared, antes de terminar salí de ella y me vacié sobre el suelo húmedo y sucio. -Terminamos lárgate.

-Ellas están locas por tomar tu semilla, saben que pueden terminar siendo la reina de Krypton, quieren tu heredero. -Non nuevamente estaba conmigo, él observaba fijamente las gotas blancas en el suelo.

-Mi semilla no producirá herederos con golfas, voy a descansar un poco, partiremos al amanecer, debemos cruzar a Luthoria antes que mi sobrina nos mate a todos. -El asintió y se retiró. -Cada segundo estoy más cerca de ti Lillian.

El reto del viaje hacia la frontera fue tranquilo, seguramente Kara no me imaginaba capaz de cruzar por los riscos, pero yo haría lo que fuera necesario para encontrar a mi Omega y saber qué fue de nuestro cachorro, mi hijo tal vez podría ser el Rey Lex, ya que la Princesa Lena no lo era, su esencia apestaba al maldito de Lionel, por eso la odiaba tanto por ser hija del hombre que me quitó todo.

Luthoria estaba justo al otro lado del río a una caída de más de treinta metros de altura, tendríamos que renunciar a nuestros caballos pues no podrían cruzar, estaba tan cerca y tan lejos de mi objetivo.

El Río RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora