Kara
-Sam por favor resiste, quédate conmigo, ¡Ayúdenme, hay un herido aquí! - mis gritos salían desesperados, sabía que nadie vendría a ayudarnos, la mayoría de los soldados de la guardia eran gente de Astra, Sam se moría en mis brazos y no podía ayudarla.
Todo había pasado tan rápido. En unas horas la persona que más admiraba se había convertido en el blanco de mi desprecio, todos los recuerdos poco a poco invadian más mi mente, jamás le perdonaría todos los años que me mantuvo alejada de mi esposa y de mi cachorro, pero ahora la prioridad era salvar a Samantha.
-Vamos Sam no puedes rendirte no ahora por favor, Te necesito para ganar esta guerra. - El charco de sangre cada vez era más grande y mi esperanza más pequeña.
Tenía que salvar a mi amiga ella me había salvado muchas veces, se lo debía, sacando fuerzas de lo más profundo de mi ser acomode cargue a Sam sobre mi espalda, pesaba bastante, pero si lograba llegar a una zona más transitada estaríamos bien.
Caminé por ese largo pasillo unos cuantos metros, Sam se iba poniendo más pesada confirme su cuerpo perdía fuerza, maldita Astra, pagaría todo el daño que había ocasionado, tendría un destino peor que la muerte, matarla sería algo muy compasivo para ella.
Estaba ya a unos metros del pasillo, mi camisa estaba totalmente empapada en sangre y Samantha estaba pálida y fría, sentía el miedo de no poder salvarla rondando en mi interior. Al llegar a la esquina del pasillo me detuve pues unos pasos apresurados se acercaban, si eran hombres de Astra me matarían, no había donde esconderme.
Los pasos se acercaron más y más hasta que pude ver a las personas que los provocaban, ahí frente a mí estaban los prisioneros que como podía recordar alguna vez fueron mis amigos, un jadeo de sorpresa fue lo único que se escuchó, de todos ellos seguramente pensaban que estaban viendo un fantasma.
-Ustedes no deberían estar fuera de sus celdas, pero olvidaré eso sí me ayudan a llevar a mi guardia a un lugar para ayudarle. -Todos seguían sorprendidos pero el primero en hablar fue Winn.
-No te ayudaremos traidora, ¿Dónde están Lena y Liam?, habla o te dejaremos peor que a tu amiga. -Sentí el enojo invadiendo mi cabeza, pero no era el momento para eso.
-Por favor ayúdenme, ella morirá sino lo hacen, prometo darles su libertad y llevarlos con mi Lena. - todos se veían dudosos.
-Yo te ayudaré, pero después de esto debes dejarnos ir a todos.-Alex la que alguna vez fue mi mejor amiga dio un paso al frente y observó a Samantha.
-Alex no, ella te matará, es una traidora y mentirosa, no caigas en su juego.-el Omega continuaba atacando sin razón alguna.
-Si te ayudamos, ¿Nos dejarás marchar? - Jack se puso delante del grupo de personas y habló serio.
-Te doy mi palabra, los dejaré marchar libremente, por favor ayúdenme. -estaba suplicando, pero todo era por salvar a Samantha.
-Dejarás que Lena y Liam vengan con nosotros, no te pondrás. -Jack habló nuevamente, se veía molesto pero sensato.
-Les permitiré ver a Lena, si ella quiere marcharse con ustedes, yo no la detendré, ella es libre de decidir qué hacer. - esas palabras calaban en mi alma, pero era consciente que, si Lena deseaba marcharse, no se lo impediría, ella ya no era más una prisionera.
-Te ayudaremos entonces, sé que mantendrás tu palabra. - Jack dejó a un lado su agresividad y se dispuso a ayudar.
-Hay que movernos rápido, Samantha ha perdido mucha sangre, kara te quitare la capa y la dejaras suavemente, la llevaremos cargando así será más fácil. -Alex se veía preocupada, Sam tenía que sobrevivir para contarle.
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El Río Rojo
PertualanganLa tierra de krypton era hermosa llena de recursos y habitada por personas buenas que eran regidas por un alfa al que llamaban Rey, lo amaban y respetaban pues este había sido elegido por la luz de Rao para gobernar, o eso era lo que le decían a la...