Capítulo 22 -Hilo rojo-

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Advertencia
Este capítulo no está narrado por Nirelle. Por favor, saquen a su fanática interior y llénenlo de comentarios. Sé que les encantará. Hay algunas frases en latín, podrán encontrar la traducción al final del capítulo. ¡Gracias, y a leer!

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Artsengel

16 de enero de 2017.

He estado buscando a Rafael por años. Revisar cada lugar en la tierra y en el cielo con la esperanza de encontrarlo, desde entonces, ha sido mi misión. Pero incluso poniendo a toda la legión en su búsqueda, ha sido en vano. 

No pierdo las esperanzas, él es fuerte y sé que estará en algún lado. Hemos perdido su rastro hace casi diecisiete años, cuando estaba a mitad de una de las misiones más importantes.

El último humano que cargaba con la energía  de Lucifer, murió y entregó todo su poder a su hija, quien fue vigilada desde siempre. Su misión era lograr que ella confiara en él, para así, poder protegerla del infierno y a su vez, poder estudiarla para descubrir cómo destruir el poder que llevaba dentro.

Con el tiempo, al ir perdiendo a las pocas personas portadoras del poder de Lucifer que quedaban en el mundo, aprendimos que éste sólo puede salir del cuerpo humano si es consumido por su propia oscuridad. De esta manera, el cuerpo del portador sería destruído por la inmensa cantidad de energía oscura,  y toda la maldad que llevara dentro volvería potenciada a su dueño original; Lucifer. 

Aprendimos que esa oscuridad se protegía a sí misma con el fin de evitar que algo le suceda su portador, así que, cualquier daño efectuado, sería devuelto mil veces más fuerte. Y también comprobamos, gracias a unos ángeles rebeldes, que al asesinar al portador, la protección que posee devuelve el daño a niveles destructivos. La diferencia radica, en que al ser asesinados, el poder no regresa a Lucifer, ya que debe ser la oscuridad quien los consuma y los destruya. De esta manera, si el portador poseía descendencia, al ser asesinados, el poder iría hacia el siguiente en la familia, y si no, simplemente se perdería.

Con el paso de los años, los portadores fueron escaseando hasta quedar sólo uno, así que, los arcángeles sólo llegamos a una conclusión; El poder debía ser destruido a toda costa con el fin de evitar la profecía.

Esa era la misión de Rafael; descubrir una manera no catastrófica de destruir el poder de la portadora final, incluso si eso significara que nosotros debíamos morir. Y en últimas instancias, si no se encontraba mejor solución, la orden era acabar con la portadora y su poder, para que jamás llegara a Lucifer.

Todo marchaba muy bien. Rafael y yo siempre fuimos muy cercanos. Luchamos juntos en la guerra de los cielos para desterrar a los falsos ángeles de Dios y nuestra habilidad juntos siempre fue más que bien vista. Él me tenía al día con su misión y yo lo protegía de las criaturas del infierno que podrían interferir. Hasta que un día desapareció, así, sin más, y con él, desapareció la última portadora.

LA ELEGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora