Capítulo 13 -Estrellas-

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Mientras caminamos, observo cómo de algunos negocios aislados al final del pueblo, salen tranquilamente algunas personas con bolsas de compras

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Mientras caminamos, observo cómo de algunos negocios aislados al final del pueblo, salen tranquilamente algunas personas con bolsas de compras.

Axel y Evan vienen charlando detrás de mí.  Mi paso es algo más rápido que el de ellos. Además, cuando camino me gusta despejarme y divagar en mis propios pensamientos, por lo que no suelo ser muy consciente del ritmo de los demás.

El sol impacta sobre mi rostro y el viento refresca cada parte de mi piel. Elevo involuntariamente las comisuras de mis labios al sentirme tan cómoda y feliz.

Estoy observando hacia el final de la calle, cuando una muchacha de piel extremadamente blanca y cabello oscuro, casi de mi edad, llama mi atención. Ella está saliendo de una pequeña santería mientras mantiene la puerta abierta con su pierna. Parece estar hablándole a alguien que aún se encuentra adentro. Sus brazos están repletos de cosas que amenazan con caerse.

Tal y como lo imaginé, uno de los objetos que carga, comienza a deslizarse. Pienso en correr hacia ella, pues me gustaría poder ayudar, pero me encuentro demasiado lejos como para llegar a tiempo. Es entonces, que un par de brazos se asoman rápidamente de la tienda, tomando entre manos con gran rapidez, aquello que estuvo a punto de caer. Un momento después, y con cuidado, le quita unas cuantas cosas más hasta dejarla con las manos casi vacías.

La chica sonríe y agradece con sinceridad, soltando finalmente la puerta del negocio que ahora es sostenida por alguien más. De hecho, es sostenida por el brazo libre de quien la ayudó. Ella continúa hablándole a aquella persona que al parecer, era a quien estaba esperando.

Lo que al principio eran solo brazos, se convierte poco a poco, en la figura de un alto y esbelto muchacho de cabello increíblemente oscuro, que se encuentra saliendo de aquel local.

Sin poder siquiera controlarlo, mi corazón se detiene al mismo tiempo que mis pasos. Me quedo estática, estupefacta.

Es Artsen quien sale de aquel lugar, dedicándole una hermosa sonrisa a aquella chica que acaba de ayudar. Ella lo observa por unos momentos, probablemente embobada por la sonrisa del ángel, y luego comienzan a caminar hacia el final de la calle.

Mis ojos no pueden creer lo que están viendo. Una sensación enfermiza, muy similar a los celos me invade al ver la imágen de ambos tan cercanos.

Él nunca me sonrió de esa manera, nunca fue tan cercano. Un dolor extraño e intenso atormenta mi pecho provocando que mi mano se dirija hacia allí para intentar calmarlo. 

Es en ese momento, en el que mi pecho duele como el demonio, que Artsen detiene su caminar, tocando al mismo tiempo que yo, su pecho.

La chica que lo acompaña se detiene y pasa todo lo que carga, hacia sólo uno de sus brazos, sosteniendo tiernamente la cara de Artsen con el brazo que ahora le queda libre. Ella parece preguntarle algo y él, tomándose un momento, sólo asiente. Luego de unos pocos segundos, la muchacha, toma la mano del ángel ayudándolo a seguir caminando. Ambos finalmente, doblan al final de la calle perdiéndose de mi vista.

LA ELEGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora