Capítulo 23 -Si vis amaris, ama-

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Advertencia

Este capítulo incluye frases en latín, de las cuales encontrarás su traducción al final del mismo.

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17 de Septiembre de 2018.

Me encuentro parado fuera de la casa de Elle, asegurándome de que todo se encuentre en orden. Clara está dentro, sentada en la mesa leyendo uno de sus libros favoritos mientras bebe una taza de café.

—Gracias por cuidarlas— la voz de Rafael suena repentinamente.

—De nada— contesto mientras lo saludo.

—Las cosas se están poniendo difíciles...— dice con un notorio agotamiento.

—¿Qué sucede?

—La oscuridad parece estar consumiendo a Clara. Ella es muy fuerte y lucha con todo su ser, pero no deja de ser una humana y lo que lleva dentro es demasiado poderoso y destructivo.

Siento como mi cuerpo se tensa ante la noticia. Clara está comenzando a pasar por lo mismo que pasaron la mayoría de los portadores que ahora ya están muertos. La única diferencia es que a ella le hemos intentado enseñar cómo controlarlo, pero aún así, la energía que lleva dentro luchará por consumirla.

—Tendré que pasar más tiempo con ella y le daré de mi energía para ayudarla. Haré tanto como pueda. Encontraré una solución.

—Sé que lo harás— digo, colocando mi mano sobre su hombro—. Sabes que tienes mi apoyo.

—Lo sé. Saber que cuento contigo hace todo mucho más fácil— espeta con completa honestidad.

De pronto, alguien baja por las escaleras de la casa; Es Elle. Mi pulso se acelera rápidamente y mis ojos se quedan completamente perdidos en su ser. Ella saluda a Clara dándole un abrazo y un beso en su cabeza.

—¿Cuánto tiempo más fingirás que no estás enamorado de ella?— pregunta Rafael.

—No sé de qué me estás hablando, Rafael— contesto seriamente, aunque aún no puedo quitar mis ojos de ella.

La risa de Rafael resuena en el lugar. Parece que mi respuesta no fue tan convincente.

—Si vis amaris, ama— susurra acercándose a mí, y luego, se pierde en el bosque.

Me quedo estático observando a Elle. Está feliz, lo sé, pues de alguna manera puedo sentirlo. Una de sus manos viaja hasta su pecho, y luego de unos segundos, sus ojos apuntan directo hacia la ventana, encontrando a los míos. Una inmensa sonrisa se planta automáticamente en su rostro. Sin dudarlo, corre hacia la puerta con la intención de abrirla y saludarme.

Se me ocurre irme antes de que abra la puerta. Tal vez así, no debería lidiar ahora con esto que siento cada vez con mayor intensidad.

—¡Artsen!— exclama Elle al tiempo que abre la puerta.

LA ELEGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora