Capítulo 18 -¿Amor?-

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El frío clima de la inhóspita casa me invade, provocando que mi respiración agitada ingrese demasiado aire helado a mis adoloridos pulmones

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El frío clima de la inhóspita casa me invade, provocando que mi respiración agitada ingrese demasiado aire helado a mis adoloridos pulmones. Gradualmente, mi corazón vuelve a su ritmo normal y me permito relajarme al saber que estamos a salvo.

El recuerdo de las ensangrentadas manos de Thomas impacta contra mi mente, así que, algo preocupada, lo busco con la mirada. A primera vista no logro encontrarlo, pero entonces logro verlo agachado, observando mínimamente por una de las ventanas que dan a la calle. Sus manos ya no sangran, y parece concentrado en el exterior.

—Tus manos...— pronuncio a la lejanía.

—Están bien, no te preocupes. Como ya te he dicho; siempre sangran y siempre sangrarán. La herida nunca se cura.

—¿Cómo es que esto se siente tan real?— cuestiono, abrumada.

—¿Por qué no habría de sentirse real, Nirelle?

—Es que, tú sangras, siento frío, y la criatura que vi era más que sólo una sombra. Era un algo, tenía forma, cuerpo, ojos. Parecía algo que podría caminar de igual forma en la tierra.

Una pequeña sonrisa abandona los labios de Thomas.

—La tierra no es muy diferente al infierno, ¿sabes?, ni siquiera por las criaturas que habitan en ella.

Sus ojos color avellana encuentran los míos.

—En la tierra, tu alma, el centro de tu energía, está contenida en una especie de envase, un envoltorio.

—El cuerpo— susurro, a lo que él, asiente.

—Tu cuerpo físico te permite sentir y experimentar ciertas cosas, pero también es muy limitado. Cuando morí, pude sentir mucho más de lo que sentí en vida. Mi alma salió de mi cuerpo y todo dejó de ser como lo conocía.

Sus ojos vuelven a la ventana, para observar con precaución, el exterior.

—Cuando morí, me sentí tan liviano, como si hubiese sido quitada de mi espalda, una gran mochila repleta de piedras. Me tomó unos segundos, y entonces entendí; mi cuerpo era esa pesada mochila.

>>Luego, con el tiempo, entendí muchas otras cosas. Por ejemplo: No existe tal cosa como "arriba" o "abajo" ¿Entiendes? El cielo no está arriba y el infierno tampoco está abajo. En realidad, todos coexisten como planos diferentes, en el mismo nivel. La diferencia, es la energía que hay en cada plano; en el cielo, la energía es tan alta, tan celestial, que por eso, erróneamente se lo sitúa en algún lugar por arriba de la tierra. Por lo contrario, el infierno posee tan baja energía que de igual manera, erróneamente, se lo sitúa por debajo<<

—¿Y la tierra?— pregunto siguiendo sus palabras.

—Energéticamente hablando, la tierra estaría en el medio, aunque básicamente es una mezcla de ambas energías. Hay personas tan buenas, o sea, de alta energía, como malas, o sea de baja energía.

LA ELEGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora