𝑷𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒂

𝟹. 𝙿𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚊 𝚌𝚎𝚗𝚊

El auto se detuvo y di por entendido que estábamos frente a casa, abrí mis ojos y  me quite los audífonos. Papá me abrió la puerta, como estaba acostumbrado a hacer y me dispuse a bajar. Cuando lo intente, mi pie se doblo ante un alto escalón que no había notado. Esto hizo que soltara un pequeño y ahogado grito.

— ¡Madi! ¿Estas bien? — Dijo papá mientras quitaba suavemente uno de mis tenis.

— Me duele demasiado, papá — Dije sollozando.

— Harry, ayúdala a entrar a casa. Iré a por hielo. — Soltó mamá para luego introducirse en la casa.

Papá me cargo en su brazos y cerro el auto. Rápidamente me llevo al interior de la mansión y me dejo en el sofá del salón.

— Déjame ver eso, pequeña. — Dijo mamá mientras me ponía hielo en el pie. Me exalte ya que claramente estaba muy frio.

— ¿La llevamos al hospital? — Pregunto mi padre.

— No, sabes que lo odio. — Solté y él solo asintió.

— Está hinchado, el hielo ayudará. — Mamá dejó aquel recipiente congelado en mi mano para que me lo pusiese yo misma. — Haré el almuerzo. — Finalizó ella.

Papá se quedó cuidándome, era demasiado intenso cuando me lastimaba o estaba triste. Supongo que es mejor a que sea indiferente conmigo.

— Harry, pon la mesa. — Gritó mamá desde la cocina.
El inmediatamente le obedeció y yo miraba Netflix en mi laptop.
Mis amigos en Washington me habían recomendado "Riverdale" así que esa era la serie que estaba viendo. Me sentí identificada con Archie, el se había enamorado de su profesora. Y yo tenía un flechazo con Venable.
Supongo que a todos los adolescentes le gusto un profesor alguna vez.

— ¿Necesitas ayuda o puedes sola? — Pregunto Papá.

— Ayúdame, Harry. — Dije y el río.

— Como te escuché Eli, te matara por llamarme así. — Solo sonreí ante sus palabras.

Me cargo en sus brazos y me dejó a medio metro de la mesa.
Mamá había preparado una deliciosa ensalada con algo de pollo.

— Un médico tiene que revisarte el pie, Madi. No dejare que te inscribas en danzas sin antes saber que estás bien.

— No iré a un hospital, llama uno aquí si quieres.

— Será mejor que llamemos a Charles, he oído que es un gran médico. — Mencionó papá y mi madre asintió. Yo también lo hice para demostrar mi aprobación. Ni siquiera sabía quién era aquel hombre pero me daba igual.

Cuando terminamos de almorzar, conseguí subir las escaleras por mi cuenta hasta mi habitación.
Al recostarme en la cama caí profundamente dormida, ni siquiera estaba cansada pero mi cuerpo era débil ante la comodidad de ese altar.

Desperté al rededor de las 18:00
Me duché, y me coloqué una crema para el pie que mamá había dejado en mi cuarto.
Mi outfit de esta noche estaba pensado para agradarle a Venable.
Un pantalón de traje blanco, acompañado por el respectivo saco del mismo color y por debajo una camisa lila.
Eye-liner, rímel y un labial lila mate, el color tenía la intensidad justa.
20:35, ya estaba en el salón lista. Para pasar el aburrimiento, miraba YouTube desde mi laptop.

20:59 el timbre sonó y actué como si lo no hubiese notado, no quería que Wilhemina se dé cuenta de lo me pasaba con ella. Ni yo se como explicar lo que siento al verla.

Mamá abrió la puerta, oí un par de palabras pero ni siquiera las entendí.
Cuando comenzó la sinfonía confirme que si se trataba de Venable, podría dormir como un bebé mientras ella golpea su bastón contra el suelo.