𝙴𝚙𝚒́𝚕𝚘𝚐𝚘

1.3K 111 86
                                    

Cuando termine mi carrera en Yale, comencé a trabajar en una editorial, llegue a concretar varias publicaciones exitosas de autores anónimos y así, poco a poco, conseguí un status en la empresa.
Salí por un tiempo con Louis, pero no funcionamos, éramos demasiado amigos. Luego de él, he conocido a otras personas pero nada serio ni mucho menos importante. El amor era una puerta que decidí cerrar por un tiempo... el trabajo era lo principal en mi vida.
Viaje un par de veces a San Francisco a visitar a mis padres, pero desde que papá se mudó a la ciudad, es Eli la que nos visita.
Desde que Harry está aquí, he conseguido tener una relación más cercana con Hannah, la pequeña a crecido bastante, y me agrada que sea junto a mi.

— Hija, de verdad tú no cambias. — Dijo mi padre mientras me miraba impaciente.

— ¡Que ya voy! — Respondí mientras cerraba la maleta.

Salimos de mi departamento y Scott cargo mi equipaje en la cajuela del auto, junto a la de ellos. Papá condujo por unos largos minutos hasta el aeropuerto. Y en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos en el avión.

— No entiendo la prisa de mamá, para que vaya. — Refunfuñé.

— Madi, sabes perfectamente que para tu madre, las fiestas de acción de gracias con el bufete de abogados, son muy importantes. — respondió mi padre.

Lo ignoré totalmente y voltee hacia el otro lado para dormir.
A las horas, desperté por las turbulencias del aterrizaje. Un taxi nos llevo hasta casa de mi madre, la cual nos esperaba muy feliz.
Almorzamos todos juntos, en familia.
Teníamos un par de horas para descansar, ya que a la noche... teníamos la gran "fiesta".

Subí a mi antiguo cuarto y Hannah llego a los minutos.

— Me gusta tu habitación. — Dijo la niña mientras se acostaba a mi lado.

— Es tuya si la quieres. — Respondí mientras cerraba los ojos para dormir.

— Claro que n... — Dejo de hablar por segundo y oí como recogió algo de la mesita de noche. — ¿Que pasó con ella?

Abrí los ojos y la miré confusa, extendió su mano y dejó sobre mi pecho un marco, lo levante para mirar la foto y me dejo atónita. Éramos Mina y yo, en la playa.

— Déjala donde estaba, es una larga historia y estoy cansada para contártela ahora. — Solté rápidamente, mientras le devolvía la foto.

Jamás pude quitar sus recuerdos de mi habitación, y es que tampoco me importaba que estén, eran un recordatorio de que nuestro amor fue de esta vida.

Luego de dormir por un par de horas, me aliste para la fiesta... y como siempre, iba tarde. Tanto que mis padres, junto a Scott se marcharon, dejándome a cargo de Hannah.

— Venga niña, apresúrate. — Dije mientras me subía al auto.

— Papá nos va a regañar. — Respondió entre risas.

Conduje por un par de minutos, bajo las indicaciones del GPS hasta que llegamos al lugar.
Era bastante sofisticado y se notaba desde fuera que era un lugar con clase.
Baje junto a Hannah tomada de mi mano y entramos al salón.
Algunas personas voltearon a vernos, pero solo me centré en encontrar a mi padre... luego de unos segundos, lo vi junto al escenario con un grupo de personas y fuimos hasta allí.

𝑷𝒖𝒏𝒕𝒐 𝒚 𝒄𝒐𝒎𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora