⠀⠀⠀▬ Kim Taehyung es un chico mimado, consentido y sofisticado, hijo de una familia perteneciente a las clases más altas del país. Un chico que, ni con sus ideas clasistas, puede negar que ama salir a la calle para escuchar cantar a un guitarrista c...
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El sábado llegó rápidamente. Jungkook y Taehyung llevaban una semana viviendo juntos y casi estaban acostumbrados a su rutina diaria; luego del desayuno Jungkook se iba al trabajo casi todo el día, mientras Taehyung hacía el aseo y sus trabajos de la escuela. Claramente para Taehyung había sido un cambio drástico el tener que realizar tareas del hogar y, a pesar de que aún no le agradaba mucho la idea, cada día soportaba más el hecho de hacer el aseo.
Jungkook sabía que para Taehyung era difícil enfrentar la carencia de todos aquellos privilegios con los que había vivido toda su vida. Llegaba a ser muy gracioso para Jeon la falta de experiencia de Taehyung en cosas muy básicas para las personas como él.
—¿Así que hoy estarás aquí todo el día? —Preguntó Taehyung entusiasmado, sentado en la mesa.
Jeon sonrió y siguió buscando algunos ingredientes de la alacena para preparar el desayuno. —Sí, todos los sábados, ¿lo olvidaste? Cada sábado íbamos al hospital.
—Uhm, lo recuerdo bien. —Murmuró. —Hablando de eso, ¿has hablado con tu madre? ¿ella está bien?
—El lunes fue la última vez que pude hablar con ella, pero se escuchaba muy feliz, Choi dice que está mejorando. —Relató con los ojos brillantes de ilusión. —Hoy haremos una videollamada, ya quiero verla.
—Sabía que todo mejoraría.
Por la tarde, Jungkook se encontraba terminando de lavar los platos que utilizaron para el desayuno. Su sonrisa no había disminuido en ningún momento, pues estaba realmente entusiasmado por volver a ver a su madre aunque fuera a través de una pantalla, era el mismo cariño el que los rodeaba aún a la lejanía.
Se secó las manos cuando terminó de lavar y se dirigió a la habitación para iniciar aquella videollamada, sin embargo, cuando entró al cuarto encontró a Taehyung mirándose al espejo con una catadura de inconformidad, desde todos los ángulos se veía y su rostro de disgusto no desaparecía.
Taehyung comenzaba a querer llorar de impotencia. Todos siempre le decían lo hermoso que era, pero sus inseguridades siempre le hacían creer que tal vez sólo lo decían por conveniencia como todos los que se habían acercado a él, simplemente para quedar bien. Todos le hacían saber que era hermoso, pero cuando se veía al espejo, su mente no le permitían ser testigo de esa belleza que todos decían que tenía.
De repente se desconectó de sus profundos pensamientos al sentir unos brazos rodear su cintura. Sonrió ligeramente, mirando a Jungkook a través del espejo.
—Ojalá pudieras verte desde mis ojos para que comprendieras lo hermoso que eres, Taehyung.
Al escuchar eso la sonrisa de Taehyung se borró lentamente, hasta que su labio inferior comenzó a temblar y su vista se volvió borrosa cuando sus lagrimales comenzaron a perlar. Buscando refugio, dio la vuelta, escondiendo su llanto sobre el pecho de Jungkook, quien lo abrazó con el amor que necesitaba en ese momento.
