Chapitre 21

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Jungkook había pasado años realmente atroces desde los 16 años, cuando le detectaron cáncer a su madre.

La vida y las personas le habían hecho pasar crueles momentos de dolor. Había sido discriminado, humillado y maltratado muchas veces, en su mayoría por personas prepotentes y superficiales. Al principio lloraba cuando alguien lo trataba así, pero después de años se había acostumbrado a ese trato. Si no bastaba con la tristeza de ser tratado con inferioridad, cada vez que veía a su madre pasar por los dolores que causaba su enfermedad, Jungkook sentía que su corazón se rompía, asimismo cada noche que debía despedirse de su madre para volver a su departamento también le dolía al darse cuenta de que estaba solo. Al principio lloraba todas las noches, pero con el tiempo simplemente se resignó a que esa sería su vida por mucho tiempo.

Así fue como Jungkook se acostumbró a sus tristezas, sin embargo, ahora todo era diferente. Ahora tenía a Taehyung, quien le apoyó como nadie lo había hecho a pesar de no estar acostumbrado a ayudar a los demás, quien estuvo dispuesto a cambiar la educación que había llevado toda su vida sólo para hacer el bien, entre otros cambios que lo habían hecho una persona admirable para Jungkook.

A veces la tristeza es un preámbulo a una felicidad exorbitante, una felicidad mayor a esa tristeza. Jungkook había pasado años en medio de un tormento y siempre siguió adelante, y luego de ese martirio, por fin había llegado su felicidad, su ataraxia.

Y tal como Taehyung aprendió muchas cosas sobre la vida y se dispuso a cambiar su persona, Jungkook también recién estaba aprendiendo a dejar sus mil inseguridades y su falta de confianza, pues aún se sentía inferior y subalterno, se menospreicaba él mismo al compararse de repente con las personas que Taehyung conocía.

Una noche Taehyung miraba con concentración la pantalla de su celular. Jungkook volteó a verlo por curiosidad y notó que lo que Taehyung estaba viendo con tanta concentración era la fotografía de un chico de su edad, vestía un elegante traje de marca, con relojes de lujo en la muñeca y porte formal posando frente a una gran mansión.

Jungkook sintió una opresión en su pecho y, con un tono ligeramente tosco, espetó:

—¿Quién es él?

Taehyung despegó la mirada de la imagen para ver a Jeon.

—Solo un compañero de la escuela —respondió sin dejar de mirar la pantalla—. No puedo dejar de verlo.

Jungkook temió por un momento que sus sospechas comenzaran a cumplirse y Taehyung estuviese arrepontiendose al mirar hombres de su nivel económico.

—Pues, se ve como alguien con mucho dinero. —Respondió titubeante. —N-no entiendo, es decir, ¿te gusta porque se ve como alguien de tu nivel? ¿Es por eso que lo ves tanto?

Taehyung lo volteó a ver confundido. —¿De qué hablas? Me refiero a su ropa.

Jeon iba seguir hablando conforme a lo que había pensado, hasta que razonó aquella respuesta que Kim había dado. —¿S-su ropa?

—No se tú, pero el conjunto de EunJin no es algo que yo elegiría, es decir, el vestido es un poco formal como para utilizarlo con esas plataformas, además esa es una prenda de verano y ya estamos a punto de entrar a invierno, es algo atrasada. —Compartió sus pensamientos con Jungkook. —No sé en qué estaba pensando al ponerse eso, y ni hablar de ese tipo, el traje que tiene puesto todo el mundo lo compró, eso lo hace menos exclusivo, es decir, yo también lo compre, pero sólo para no quedar fuera de lugar, nunca lo utilicé.

Entonces la inseguridad desapareció de Jungkook y, ésta vez, pudo reír. Había creído que Taehyung estaba concentrado en las joyas y apariencia de ese hombre, pero no, sólo le estaba prestando atención a su ropa, como era costumbre.

Estanque de nenúfares ✧ kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora