Abscon (BTS FanFic)

Capítulo 15, Empatía

Yoongi observó de reojo al chico que bebía agua mientras descansaban en una banca solitaria. Parecía agotado, tenía la piel reseca y su cuerpo era más delgado de lo que Yoongi consideraría saludable. 

-Gracias -le dijo al devolverle la botella ya vacía hasta la mitad.

-Puedes beber todo si lo necesitas… 

-Mi estómago no soportaría un trago más -le respondió el chico con una sonrisa amarga. 

Tenía ojos grandes, por eso Yoongi pudo notar su tristeza. Desde que vivía con los chicos en el bosque, comenzó a serle más fácil interpretar los estados de ánimo.

Cuando pensaba en Hoseok, distinguía la alegría; visualizar a Jungkook le hacía pensar en inocencia; recordar a aquel chico nuevo Kim Taehyung, le traía a la mente el compañerismo -pues sin razón alguna el chico de sonrisa cuadrada lo seguía a todos lados-; y pensar en el otro chico nuevo Namjoon, sin duda lo embriagaba de un sentimiento apacible. Pero este chico a su lado sólo lo hacía pensar en lo que Yoongi también sentía en su interior: un oscuro vacío. 

-Me llamo Jimin, Park Jimin -musito, incómodo por el silencio que los rodeaba. 

-Yo soy Yoongi -dijo el gemelo observándose las manos. No tenía idea de cómo hablar o convivir a diferencia de sus compañeros de cabaña. 

Ni siquiera tenía claro por qué había rescatado a Jimin de aquel callejón. Lo único que sabía era que, al verlo tan indefenso y débil, algo en su interior se encendió con la furia de un volcán y no pudo seguir de paso. Su cuerpo lo arrastró hasta donde Jimin cerraba los ojos con fuerza y empujó a aquella mujer que le recordaba a su madre y a su gemelo. Jamás había sentido algo así en su vida. 

-¿Qué estaba pasando cuando llegué? -le preguntó a Jimin después de un rato.

El sol comenzaba a ocultarse al fondo de la calle. Los cabellos del pelinegro se tornaron castaños, y los cabellos del rubio se volvieron dorados como el oro bajo la luz del atardecer.

-Lo que viste -suspiró-, mamá estaba obligándome a vomitar. 

-¿Por qué? 

-Porque piensa que así regresará mi padre a casa… 

-¿A dónde fue tu padre? 

Jimin se volvió receloso hacia Yoongi pero no pudo pedirle que dejara de hacerle preguntas.

Aquel chico de cabellos negros tenía un brillo songular en la mirada, una luz que no encajaba con su rostro pálido e inexpresivo. De lejos, Min Yoongi atemorizaba con su aura y forma tan peculiar de mirarte a los ojos, sin embargo, de cerca parecía un simple chico curioso y calmado.

-Estás haciéndome preguntas personales -trató de sonreír Jimin-, no sé si pueda contarte todo lo que quieres saber.

-Sólo quiero entender a tu madre -le contestó el pelinegro-, quiero entender por qué seguías a su lado. 

Jimin no pudo negarse a responderle, algo en la voz de Yoongi le animaba a abrirse y confesar todo lo que guardaba en su corazón herido. Quizá fue porque a diferencia de todos los que conocía, él no lo miraba con lástima o asco. 

-Porque no tengo a nadie más -suspiró-. No tengo a dónde ir, me aterra huir de casa y sufrir más de lo que sufro con mamá. Estoy solo, también soy cobarde. Hubo alguien que un día trató de ofrecemerme ayuda, pero fui muy tonto y escapé. 

“Yo también tenía miedo de huir de casa” pensó Yoongi con la imagen de Agust y JiYong en su memoria. Antes del asesinato de Sandara, jamás consideró irse de ahí y buscar su propia felicidad; estuvo encadenado a sus opresores toda la vida porque no se atrevía a estar completamente solo. Y muy en el fondo, Yoongi sabía que sentía algo por su hermano gemelo, pues era lo único que le quedaba de su madre.