Capítulo 5, Lección.

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Agust observaba desde la oscuridad del callejón a sus nuevos aprendices. Mino, Kyungsoo, Jinwoo y Hanbin golpeaban a un hombre en el suelo. Su cuerpo ya demasiado débil como para defenderse era movido de un lado a otro mientras recibía patadas y puños de los pies a la cabeza.

Una chica lloraba asustada en una esquina, observando horrorizada lo que le hacían a su novio.

-¡Por favor, te lo suplico, diles que paren! -rogó rodeando con las manos los tobillos del gemelo.

Agust bajó la mirada hacia el suelo y sonrió al encontrarse con dos ojos llenos de temor a la altura de sus rodillas. Bajó lentamente hasta quedar a su nivel. Con un dedo, limpió las lágrimas de su rostro.

-Eres hermosa -acarició la línea húmeda en sus mejillas-, tus ojos brillan más cuando están llenos de lágrimas.

-¡Por favor, por favor diles que paren!

-No sé sí me escuchen -Agust se encogió de hombros-. Mis amigos son como perros de pelea, cuando muerden a su presa no se detienen hasta que la han matado.

La chica lloró desesperada y en un arrebato de locura, colocó las manos del gemelo en su entrepierna.

-¡Haré lo que tú me pidas! ¡Por favor diles que paren!

-¿Qué te hace pensar que tu cuerpo me dará lo que busco? Yo quiero tus lágrimas, y si los detengo, dejarás de llorar.

Agust retiró las manos del pantalón gastado y las colocó en las mejillas de la asustada chica. Ella respingó cuando el contrario comenzó a trazar el contorno de sus labios con la yema de los dedos. Sus ojos se encontraron con los del rubio y por un momento dejó de respirar.

Min Agust tenía una mirada hipnotizante, oscura y atrayente como un imán poderoso. El café oscuro que rodeaba sus enormes pupilas negras arrastró a la chica en un trance que la hizo derramar lágrimas nuevamente. Los labios del rubio se elevaron en una sonrisa que despertó un sentimiento extraño ella. Si bien estaba completamente asustada, no podía apartar la mirada de aquellos ojos.

-No te asustes, no me interesa hacerle daño a tu cuerpo -susurró en su oído-. Ese tipo de dolor no me apetece ahora.

Como un conejillo acorralado, la chica respiró entrecrotado por la boca mientras Agust la atraía lentamente hacia él. Después de brindarle una sonrisa, le lamió los labios.

-Sabes a sal, me gusta -canturreó el rubio, pasando la lengua por el rastro de una lágrima-. Sabes qué va a pasar si decides hablar con alguien sobre esto, ¿no?

Soltando un sollozo, la chica asintió con la mirada fija en los penetrantes ojos del gemelo.

-Si alguien se entera de lo que le hicimos hoy a tu novio, voy a tener que visitarte por la noche. Cuando nadie te vigile en ese cuarto tuyo que rentas lejos de tus padres -Agust ennegreció su mirada-, también te besaré, pero no volverás a disfrutarlo porque estarás muerta para ese entonces, ¿entiendes lo que digo?

-S-sí -respondió ella, sintiendo que un frío le recorrió la espalda.

-Promételo.

-T-te lo prometo.

-Buena chica, ya puedes irte. No olvides nuestra promesa.

El rubio se puso de pie dejando a la chica completamente inmovil, estaba tan asustada que apenas podía seguir respirando.

-Kyungsoo, deténgase -ordenó el rubio mientras se acercaba.

-Agust, si dejas que la chica viva, va a delatarnos -advirtió Mino.

Abscon  (BTS FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora