Capítulo 19, El robo

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La cabaña a las orillas del bosque, ahora albergaba calor humano y los sonidos que se producen dentro de un hogar. Después de permanecer casi una década deshabitada, lo único que daba muestra de su antiguo abandono era su estructura vieja y gastada por el tiempo.  

A Taehyung le gustaban las vigas que sostenían el segundo piso, solía admirar las paredes cubiertas de ventanas en la sala de estar, y secretamente disfrutaba acarrear agua desde el río para hacer las limpiezas a fondo que acordaron realizar cada fin de semana.

Después de su abuela, aquellos seis jóvenes eran lo único que consideraba un hogar verdadero. Muchas veces trató de hacerse entrar en razón pensando que era demasiado pronto para suponer que recibiría amor por parte de sus nuevos compañeros, pero algo le decía que confiara, que la vida lo había llevado hasta ellos para formar un nuevo futuro.

Suspiró mientras jugueteaba con el único pendiente de oro que no había vendido aún en un empeño. La luz de la chimenea encendida se reflejaba en la superficie dorada del aro; el sonido de la madera quemándose llenaba la sala de estar en donde los otros seis chicos, dormían desde hacía ya algunas horas. 

Desde que Jimin y Jin llegaron a vivir con ellos, los lugares para dormir habían cambiado. Jin y Yoongi, siendo los mayores, dormían en los sofás. Namjoon ocupaba el colchón individual a un lado del sofá de Yoongi, Jimin y Hoseok compartían un colchón matrimonial en el centro de la sala; y Taehyung junto a Jungkook, compartían otro colchón matrimonial junto al sofá de Seokjin.  

Taehyung estaba contento con su compañero para dormir, a Jungkook no le importaba ser abrazado por las noches; también solía moverse de un lado a otro, adueñándose de la única cobija que compartían, lo cual le daba un motivo al castaño para acurrucarse junto a él y así no pasar frío. 

Aún así, no podía dejar de pensar que en el segundo piso, había tres habitaciones que podrían protegerlos mejor del crudo clima del otoño. 

-¿No puedes dormir? -un susurró atravesó la sala y Taehyng giró la cabeza. Hoseok le sonreía adormilado desde el otro colchón. 

-No -confesó, escondiendo el pendiente de oro en su mano. 

-¿Tienes frío? ¿Quieres que unamos nuestras camas y compartamos cobijas con Jimin y Jungkook? 

Hoseok tenía un corazón tan cálido como el fuego de la chimenea, y Taehyung no pudo evitar sentirse querido. 

-No tengo frío, hyung -negó sonriente-. En realidad, me preguntaba si debía vender este arete de oro y conseguir algunas almohadas para Yoongi y Namjoon. 

-No creo que Yoongi se sienta cómodo si le compras cosas de nuevo… 

Después de utilizar todo el dinero que había robado junto con Namjoon de la librería, Taehyung encontró en aquellos aretes la solución a su falta de calzado y vestimenta; y ya entre los pasillos de la modesta tienda de ropa a la que fue, no pudo evitar comprar algo de ropa para sus nuevos compañeros de casa. 

-Yoongi hyung se siente en deuda conmigo -le sonrió el castaño a Hoseok-, por eso ya no se queja cuando lo abrazo y sólo guarda silencio. 

-Aunque algunas veces te mira como si fuera a matarte… 

-No lo hará, muy en el fondo me quiere mucho. 

Conmovido por la seguridad del menor, Hoseok permaneció en silencio, regalándole al castaño un gesto apacible. A su lado, la tranquila respiración de Jimin lo relajó. 

-¿Por qué no compras algo para ti con ese arete? ¿Hay algo que te guste?

La pintura, amo la pintura” quiso responder Taehyung pero prefirió encogerse de hombros. El único que sabía sobre su amor por el arte era Namjoon, pues tenía miedo de que los demás lo criticaran como lo hicieron sus padres y compañeros de clase en el pasado. 

Abscon  (BTS FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora