t r e s

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Taehyung apretó mi mano y después la soltó para darme unos pañuelos desechables.

— Gracias — dije.

" Lo siento, no debí escribir eso"

— Está bien, no te disculpes o el Capitán Pecas no volverá a visitarte. 

Lo vi sonreír y de nuevo sus ojos se perdieron.

"¿Me pregunto por qué te decía así?"

— ¿Es una broma, verdad? — dije mientras señalaba mis mejillas. Lo vi cubrirse la cara mientras parecía reírse a carcajadas. Era obvio que sabía por qué mi abuelo me llamaba así, su pregunta si había sido una broma.

Sonreí.

— Me agradas, Taehyung. 

De nuevo me respondió con señas ¡Dios, quise saber que decía para poder hablar con él!

El chico siguió escribiendo en su libreta, haciéndome preguntas por bastante rato. Le hice compañía hasta que oscureció sin darme cuenta.

— Ya es tarde y tengo que irme. 

"Te acompañaré de regreso"

Iba a negarme pero andar sola de noche allá afuera, me ponía de nervios desde siempre.

Salimos de la cabaña y vi el hermoso cielo estrellado.

— Wow... 

Anoche que llegamos no note eso, entonces me perdí un poco admirando las estrellas. Sentí que me tomaron de la mano y Taehyung tiro de mi para sentarme junto a él, en uno de los escalones que había en la entrada.

— Tengo muchas dudas respecto a tu forma de ser. No sé si es por el tiempo que llevas aquí o porque has estado solo. — dije todo esto para mí, ni siquiera lo miraba a la cara. Ya antes había conocido coreanos en la universidad, pero siempre el contacto físico era casi nulo, saludaban haciendo reverencias y eso.

Taehyung se inclino para buscar mi mirada. Cuando alcé mi rostro para verlo, comenzó a señalar mi boca  y a negar con la cabeza, luego señaló sus ojos. Creo que me estaba diciendo que no había entendido lo que había dicho. Bueno, esa era la idea.

— Decía que el cielo se ve muy lindo. 

Me miró fijamente, quizás no me creyó, pero sonrió, luego sus ojos que siempre tienen es linda expresión de sueño, se perdieron en el cielo estrellado. Quise soltar su mano, más cuando mis ojos fueron de ver sus dedos entrelazados con los míos a su cara, sentí ternura por ese chico extraño.

Después de unos minutos, tire de su mano para ponernos de pie.

— Es tarde, Taehyung, ya debo volver. 

El asintió y finalmente libero mi mano. Caminamos hacia la casa de mi abuelo y faltando algunos metros para llegar le dije que podía volver, le agradecí por acompañarme.

— La invitación a comer está abierta ¿de acuerdo? Buenas noches, Taehyung. — di la media vuelta y caminé de prisa hasta la puerta trasera.

Encontré a mi madre viendo fotografías en la sala, fotografías viejas de ella cuando era niña. En algunas estaba su madre, a la que casi no conoció porque murió cuando ella era pequeña.
Me senté a su lado y la acompañe en ese recorrido de recuerdos. Vi la pequeña urna en la mesa de centro, en algún punto de la tarde, había ido a recoger las cenizas del abuelo. 

También note que en la mesa había algunas cacerolas y otras cosas imaginé que algunas personas le habían llevado comida, algo que acostumbraban a hacer ahí cuando alguien fallecía.

River [kth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora