River [kth]

v e i n t i s é i s

Mientras que Jacob acompaño a Tae al cibercafé, ya que se suponía que Shane y él eran enemigos, mi madre me llevó al médico. La visita estuvo llena de murmullos. Comencé a notar que los rumores sobre Tae y yo sé movían en el seco y polvoso aire de River.

¿Por qué es casi un requisito que el pueblo sea chico y el infierno dentro del él, grande?

Al final, eso no opacó el hecho de que el médico me entregó una pequeña impresión de la primera ecografía. Vaya, seguía siendo algo que me parecía increíble, pero ver esa imagen de lo que me explicó sería donde crecería Bolita, en ese momento diminuta y casi invisible a la vista por tener apenas cuatro semanas, me llenó de algo difícil de describir.

Lamenté que Tae, no estuviera conmigo.

De vuelta en la casa de mi abuelo, escuche como Shane, Tae y Jacob hablaban en la cocina.

— Volveremos por la noche para revisar el equipo, mientras que tú te reúnes con Paul, y los demás como siempre ¿Todo bien? — nos preguntó Jacob cuando llegamos hasta ellos.

El chico raro y el impostor podían tener su propio club de peleas, los golpes de Shane lucían peor.

— Si, todo bien. — le respondió mi madre.

— Tae. — le hice una señal de que me siguiera a mi habitación. El chico raro camino junto a mí, no sin antes preguntarme muchas veces si de verdad todo estaba bien. Cuando estuvimos ahí, lo senté en la cama. Sus lindos ojos me miraban de forma expectante sin entender bien de que se trataba. — Tengo algo para ti. 

Del sobre que llevaba en la mano saque la pequeña impresión para extendérsela. Él la tomó entre sus manos, como si se tratara de algo increíblemente frágil y se perdió en la imagen por un momento. Era seguro que no entendiera qué es lo que veía porque siendo sinceros, a simple vista solo hay manchas negras y blancas ahí, pero cuando le señale el pequeño espacio entre todo eso, el levantó la vista para mirarme, su rostro de niño se iluminó. Unas lágrimas gruesas corrieron por sus mejillas.

— Nues-tra Bolita. — aunque lloraba, había una hermosa sonrisa en su cara.

— Si.

Cuando Taehyung, días antes se había enterado del embarazo, me hablo de lo mucho que él siempre había deseaba tener una familia formada por sus padres y su hermana. Lo mucho que imaginó como habría sido su vida, si su madre no los hubiera dejado. Ser padre lo asustaba, pero dijo que lo sentía correcto, por ser yo quien lo acompañara en ese desconocido camino.

Él pasó el resto de la tarde conmigo, acariciando mi abdomen y haciendo que la peca se besara con el lunar. De nuevo me dejé llevar por el sueño y cuando desperté estaba sola, ya era de noche.

Bajé y en la sala encontré a él impostor revisando documentos.

— ¿Cómo te sientes, Williams? — Shane iba vestido con una camiseta y shorts, para ir a jugar soccer con Paul y los demás.

— Bien ¿Tae y Jacob están en el cibercafé? 

— Si, ahora van a creer que es su guardaespaldas. — dijo soltando una pequeña risa.

— ¿Mi madre? 

— Duerme.

Me acerqué hasta donde estaba el y me senté en uno de los sillones.

— Shane ¿cómo puedes estar con ellos? — me miró un momento.

— Solo lo hago y es porque tengo que hacerlo... es mi trabajo aquí. 

— ¿Qué favor le debes a Jacob? — No había pensado hasta ese momento en porqué Shane aceptó ayudarnos. Dejó los papeles que tenía en las manos en la mesa de centro.