v e i n t i c i n c o

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Shane y yo caminamos de regreso a la casa de mi abuelo. Antes de volver, éste le había contado a Taehyung sobre la casi insignificante posibilidad de que hubiera algo en el dichoso equipo número tres de su local, una posibilidad que ahora era grande, gracias a lo que Sarah me había dicho. Esa tarde, después de comer tuvimos una reunión en la sala, donde el principal tema fue que me iría de River, sobre lo que podríamos encontrar en el ordenador y como seguiría la investigación.

Tae, volvió al cibercafé después de comer y nosotros, después más tarde cuando ya estaba cerrado.

Bajando por completo las persianas del ventanal y dejando la menor cantidad de luces encendidas, Taehyung se dispuso a buscar si había algún archivo extraño en la computadora. Shane permaneció a su lado, mientras que yo comencé a sentir un profundo sueño; la fatiga y las náuseas parecían estar instalándose en mi sistema y no me agradaba.

— Lillie, regrese-mos a la casa. — la voz de Tae me despertó. No había notado que por la forma en que dormía, mi rostro prácticamente estaba fundido contra la superficie del mostrador y que también todo estaba a oscuras, solo un par de luces de emergencia alumbraban el local.

— ¿Qué? — alcé mi cabeza para mirarlo. —¿Qué pasó? 

— Un apa-gón.

Carajo.

— ¿Encontraste algo? — pregunté, mientras me ponía de pie.

— Aún no. — respondió.

— Volveremos mañana. cuando haya energía eléctrica. — Shane se tallaba el rostro con ambas manos en señal de frustración.

Sin más que hacer salimos del cibercafé para regresar. Taehyung estaba cerrando la puerta, cuando vimos como poco a poco, se acercaban un vehículo con las luces altas encendidas y directo hacia donde nos encontrábamos.

— Williams, toma mi mano. — Su tono me puso en alerta y no pude evitar mirar a Tae, que se puso rígido a mi lado.

El ya conocido jeep rojo se detuvo justo frente a nosotros. Jonathan iba al volante, mientras que Mason y Daniel estaban en el asiento trasero.

— ¡Vaya, vaya, vaya! — Peter, desde el asiento del copiloto, paseaba su vista entre nuestros rostros. — ¿Que hacen juntos a estas horas? — Por la forma de hablar era obvio que estaba alcoholizado.

— Traje a marchewka al local de nuestro "amigo" para cumplirle uno de sus antojos nocturnos de café frío, pero el maldito apagón nos jodió el plan. — mi vista se dirigió a Shane. Que enfatizara la palabra "amigo" y que su comportamiento ahora fuera distinto a como solía serlo cuando estaba con ellos, llamó mi atención.

— ¿¡Qué-mi-ras-i-dio-ta!? — Jonathan le hablaba a Tae, que no le quitaba la vista de encima y una sonrisa apareció en su rostro cuando vio que no lo intimidó, luego miró a Shane de forma extraña. — Suban, los llevaremos hasta la casa de Harold.

Mason bajo para hacernos espacio. Apreté con fuerza la mano de Shane y lo que él hizo fue caminar sin soltarme hacia la puerta trasera del jeep y hacerme subir. Tae no se movió seguía mirando fijamente a Jonathan.

— ¡Sube! — le ordenó. — No tienes otra opción, Kim. — entonces lo hizo y se sentó junto a mí, después Shane subió a la caja abierta del jeep, junto con Mason, dónde se quedaron de pie.

Vi de reojo al chico raro, que ahora miraba en dirección de Peter y así fue hasta que estuvimos frente a la casa de mi abuelo. Mis palmas sudaban y sentía un nudo en mi abdomen que comenzaba a subir lentamente hasta mi garganta. Shane bajó a abrir la puerta para que Tae saliera y yo lo seguí.

River [kth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora