•Lilium• ✿YeWook✿⁝⁞⁝⁞TERMINADA⁝⁞⁝⁝

♡46♡

—¡Sácame de Aquí!—Yesung luchaba constantemente por salir de esa habitación —¡Ryeowook va a tener a las gemelas!...¡Sácame!...

Al despertar supo que lo habían llevado de vuelta a la mansión donde creció, era una casa que odiaba y no por la zona, Gangnam era un buen lugar, sólo odiaba los recuerdos que le traía. Su padre lo encerró y le quitó todos los medios por los que podía comunicarse. Pensó en su pequeño y en lo asustado que estaría, le dijo que esperara, ¿Qué pasaba si seguía en el dormitorio sin recibir ayuda?

No recibía ningún tipo de respuesta a sus suplicas así que se sentó en la cama resignado, simplemente cubrió su rostro y lloró con fuerzas, era un imbécil por haber confiado en ellos.

La puerta se abrió minutos después, su madre entró acompañado de un hombre.

—¿Porqué haces esto?...¡Necesito que me saques!, Wook va a dar a luz...

—Él está haciéndolo ahora mismo...sus padres lo llevaron a un hospital, va a estar bien y tu vas a estar bien aquí...—le sonrió—vas a quedarte aquí...y no vas a pensar siquiera en buscarlos, hazme caso si sabes que es lo que te conviene, sabes de lo que soy capaz...

—Son mis hijas las que están naciendo...—sus ojos se llenaron de lágrimas—necesito conocerlas...quiero ver que están bien...quiero ver a Wook...

El hombre que estaba con ellos recibió una llamada y poco después de colgar se acercó a Leeteuk, éste sonrió con malicia.

—Gracias Arthur...—volteó a su hijo nuevamente —Ryeowook entró a una cesárea de emergencia...puede morir junto a una de tus hijas—alzó una ceja.

—Madre por favor dejame ir con ellos...—empezó a desesperarse.

—¿Ahora si soy tu madre?—rió suavemente—voy a proponerte algo...—rió suavemente —tengo gente ahí dentro que puede sabotear la operación y vas a perderlos...quieras o no va a pasar si no me haces caso—se sentó a su lado —puedo hacer que las cosas se vuelvan más eficaces y vivan...ambos estarán bien y sanos...

—¿Qué es lo que quieres a cambio?...—estaba tan desesperado que ya no le importaba nada, daría su propia vida por verlos bien.

—Entrarás a ese colegio...te harás cargo de la empresa cuando salgas y durante ese tiempo no buscarás ni a ese chico ni a las niñas...—su expresión se volvió dura—cuando consigas hacerte de todo lo que tu padre logró puedes hacer lo que quieras con tu vida...si tan solo llego a saber que intentaste buscarlos, a ti no te pasará nada pero ellos van a sufrir demasiado...tu decides hijo mio...

—¿Puedes jurarme que ellas van a estar a salvo y que no le pasará nada a Wook?...haré todo lo que me digas pero quiero saber al menos como son...quiero verlas...

—Yo me encargo de que todo salga bien...incluso te conseguiré fotos de ellas y el...pero tenemos un trato, y las cosas se van a poner feas si no lo cumples—advirtió nuevamente.

—Bien...acepto...—susurró intentando parecer fuerte, su vida se volvería un total infierno pero su menor y sus niñas estarían a salvo y eso era lo único que le importaba, su madre hizo una seña a Arthur y el salió después de asentir.

—Me alegra que tomaras conciencia...—le besó la frente, Yesung de apartó violentamente y Leeteuk sólo rió.

—Voy a hacer todo lo que mi padre logró e incluso más...voy a recuperar a mi familia ¿Oiste?...

—Tus palabras no tienen valor mientras no vea resultados...nos vemos querido...—al salir volvió a cerrar la puerta con llave.

Yesung se recostó pensando en lo que acababa de hacer, quizás la gente afuera también hacia sacrificios por sus familias, sacrificios aún más grandes de lo que él estaba haciendo.

Los extrañaría como no tenían idea y cada día los tendría en la mente, trabajaría duro para llegar a la meta, su padre había tardado 5 años en hacer su fortuna después de conseguir un buen puesto en la bolsa con la empresa que su abuelo había arruinado, haría que creciera aun más y volvería con su familia.

ﾐ ﾐ

Ryeowook estaba medio consciente dentro del quirófano, en el techo del lugar había una pintura de un par de caricaturas, sonrió suavemente pero después se puso a sollozar en silencio. No sentía dolor pero estaba preocupado, Sungmin intentaba calmarlo diciendo cosas que no comprendía por la anestesia.

Cerró los ojos un momento y cuando los abrió una enfermera se acercó con un pequeño bulto en brazos, entre lo borroso de sus lágrimas pudo ver que era un bebé envuelto en una manta blanca, sonrió nuevamente, o eso intentó hacer, era una pequeñita de cabello rebelde y lloraba muy fuerte, eso era bueno. La recostaron a su lado y pudo sentir la piel de su mano chocar son su mejilla, sintió una extraña corriente, era sana. A pesar de las complicaciones había salido bien.

Sus ojos poco a poco se cerraron, soltó un suspiro y entonces las maquinas volvieron a sonar.

—¡HEMORRAGIA!...Ryeowook...por favor no te dejes...debes luchar—rápidamente tomaron medidas para estabilizarlo, Sungmin sintió que los ojos se le llenaron de lágrimas, era tan joven, era su amigo y estaba asustado por no poder salvarlo—hazlo por tus hijas...hazlo por ti...—sollozó asustado, había vivido eso varias veces, había salvado a muchas madres y en fatídicos casos perdido a algunas. Se había manchado las manos y la ropa de sangre por luchas, pero no de la sangre de alguien conocido, por un momento volteó hacía si mismo, estaba totalmente manchado y sus manos temblaban—por favor...—jadeó limpiándose con la manga las lágrimas.

Fueron minutos horribles, fue como si pasara una eternidad entera. Cuando las maquinas se callaron y Wook estuvo mejor, Sungmin se apartó negando.

—No puedo...no puedo seguir...dios santo...— se quitó los guantes y dejó que sus ayudantes y uno de los doctores que lo acompañaban siguieran con el trabajo. Después salió del quirófano, quiso llegar donde su esposo para pedir consuelo pero sólo llegó a mitad del pasillo hacia la sala de espera, ni siquiera cambió su ropa, sólo se tiró en medio de éste a cubrir su rostro y llorar.

Heechul vio a lo lejos como se tiró a llorar, le vio la bata y los guantes repletos de sangre, imaginó lo peor de inmediato. Una extraña punzada lo recorrió de la espalda hasta el vientre, donde se quedó y se clavó haciéndolo flexionarse del dolor. Quizás había perdido a su hijo y quizás estaba a punto de perder a uno más.

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