capitulo 1

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Joel.

Llamada tras llamada resuena en ese celular en el que debato si contesto o dejo que siga sonando hasta que se canse.

Camino de aquí para allá. Repasando los mismos pasos una y otra vez que siento que puedo hacer un hoyo aquí.

Paso las manos por mi cabello exaspero de decidir qué decisión tomar, me lo dejo tan desordenado que me lo vuelvo a acomodar.

Ya.

Ya estoy harto.

Tomo el celular aplicando más fuerza de la necesaria y liberando un gruñido lo lanzo contra el sofá que tengo enfrente, fue tanta la fuerza que terminó rebotando y cayendo al suelo para crujir, seguro que rompió la pantalla.

¡cuando me dejará de llamar! ¡cuando me dejará de buscar! ¡hasta cuando!

Recojo lo que queda de celular, solo se ha estrellado la pantalla, la enciendo y veo a duras penas el mensaje, lo tiro de nuevo y lo termino de destrozar con un pisotón que fractura más la estructura de este.

Ya no quiero saber nada.

«mi novio me acaba de regalar un auto, eso nunca lo hiciste tú»

«él es muy atento y detallista, ¿será que tú nunca me quisiste»

«si te soy sincera amo a mi novio, amo como me trata, pero te extraño por las noches»

«¿si lo intentamos una vez más?, él no se enterará»

Me desplomo en el sofá, me siento una de bomba que está a nada de explotar, estoy harto, estoy cansando, ya no sé qué más hacer.

—¡¿pero que carajos has hecho?!—refuta Chris acercándose pasmado— ¡se te va a derramar la bilis!, dios sepa dónde está eso, pero se te va a derramar, lo juro.

Le arrojo una almohada que por suerte logra esquivar sin soltar las bolsas de despensa que trae.

—hey, pero no te desquites conmigo, soy muy joven para morir asesinado por una almohada voladora... ¿porque tu celular está fallecido?

—es mi ex, no para de llamarme y enviarme mensajes.

—¿no era más fácil bloquearla en vez de darle una cruel muerte a tu celular?

—estaba bloqueada y hace lo posible por llamarme de algún otro modo.

—bien, voy por los guantes, ve al patio, te ves muy tenso no vaya siendo que te salga rabia y te tengamos que llevar al veterinario.

Deja el par de bolsas del mercado sobre el sillón, camina hasta las escaleras para perderse en el piso de arriba y hago caso moviendo mi pobre alma en pena hasta el patio.

Me siento en el pasto echándome a acostar, el cielo está despejado que en este momento no me vendría mal un drama de lluvia para echarme a llorar a gusto del coraje que me está carcomiendo vivo.

Me fue infiel, me dejó por otro, me menospreció, me comparó para hacerme sentir menor ¿y ahora quiere regresar? ¿pues que cree que soy? ¿un lugar de beneficencia?

Chris vuelve por lo que me obligo a levantarme y dejar que me vende las manos antes de ponerme los guantes, me alegra el poder contar con un amigo como él, sé que la cago mucho pero siempre está ahí y eso lo aprecio.

—bien—choca mis manos enguantadas—, desquita todo lo que quieras con el saco... si te lastimas...

—sí, si, si, ya sé, me lo tengo merecido por idiota.

—exacto—palmea mi mejilla con una sonrisa orgullosa de que entendí—, vamos, pégale, ¿quieres que le ponga una foto de ella para que te de inspiración y fluya todo de una vez?

La IndicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora