La Indicada

capítulo 5

Me van a correr...

Chris es el ultimo de la fila listo para ser asesinado por lo que hizo pero vic me detiene agarrándome del brazo, con la otra me sujeta el mentón y me da un beso en la mejilla que suelta las bullas románticas de los que nos rodean.

—ya es hora de que se dé a conocer la novia oficial de Joel Pimentel.

—no lo olvidaste—sonrío incrédulo.

—lo tengo anotado— me muestra la palma de su mano.

—ya decía que no podía ser verdad.

—luego seguimos, vete a tomar la foto.

—si patrona.

—no me mal acostumbres.

—lo siento, lo voy a hacer— comienzo a caminar, ella niega sonriendo y enciende de nuevo la iPad.

Me regreso a robarle un beso en la mejilla por que si me atrevo en los labios seguro walter hace que viva debajo de un puente, sigo de nuevo mi camino y tomo mi lugar atrás de Chris.

Después de terminar lo correspondiente con la primera parte, proseguimos a cambiarnos para utilizar el siguiente, "QUE QUIENES SOMOS"...este año se lucieron.

Volvimos a repetir el mismo procedimiento, victoria platicaba con la morena mientras yo veía como se les caía la baba a los del equipo con la presencia de victoria, en estos años que tengo con ellos, jamás los había visto tan ordenados y bien portados, creo que le suplicaré a victoria que asista a todos los eventos y labores que tenemos a futuro.

nos tomamos un descanso, mientras el camarógrafo guarda los utensilios de fotografía y saca nuevamente los de video.

—pido permiso para abrazarte—le susurro.

—permiso concedido.

Le paso el brazo por los hombros y presto atención a lo que hace.

—va a venir tu ex—encierra su nombre con el pen stylus.

—a que...—tiene algunas cosas que grabar con alguien—se encoje de hombros—no debe de tardar en llegar, va a estar en el otro set —señala el pasillo frente a nosotros—así que no te preocupes, no vas a cruzar palabra con ella, quizás ni la veas cuando llegue.

—pues ojalá, ya no la soporto.

—¿Cuánto duraste con ella?.

—1 año, si hubiera sabido lo de la infidelidad, hubieran sido medio.

—te pasas de buena gente.

—gracias, la practica hace al maestro, o en este caso al pendejo, porque no.

—me gusta cuando te ofendes, me causa gracia.

—pues gracias.

Toma mi mandíbula y me acerca a ella para darme otro beso en la mejilla, deslizo la mano llegando a su espalda baja, aparta la Tablet dejándola en la mesa aun lado de nosotros, pasa su brazos rodeando mi cuello, la abrazo apegándola a mi, aguarda un segundo, ¿por qué me ha besado?

—vale, quiero mi café—ordena la voz chillona que conozco muy bien.

Bien, ya sé porque me besó.

—no sabia que podían entrar las zorras aquí—murmura y victoria se separa de mi.

—¿que vamos a hacer hoy hermoso?—sonrie viendome solo a mi.

—lo que quieras amor.

—Valeria, te he pedido un café, porque no te mueves—le vuelve a ordenar, Valeria la ignora y sigue acomodando a los chicos.