capitulo 17

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joel

—deberías de poner mas atención al camino, Pimentel—dice burlona.

—perdón, iba a hacer una llamada, pero ¿estás bien?

—creo que no, se me hace que el hombro se me va a caer—se ríe, se acerca y me da un beso en la mejilla—tiempo sin vernos—correspondo y nos apartamos— desde que andabas con ya sabes quien.

—si, ya tenemos un buen rato sin vernos, ¿de compras también?

—si, acabo de llegar, pero veo que tu ya vas de salida.

—uno entra y el otro sale.

Mi celular vibra y lo alzo viendo el mensaje.

"te veo en el estacionamiento"

—y bien, como has estado—regreso a la platica.

—bien, y tú como vas en el mundo de la música.

—mas o menos, hay que esforzarse por conseguir lo que uno se propone, ¿no?

—claro, algún día deberíamos de tomarnos un café hay mucho que platicar en este tiempo que no nos vimos.

—claro que si, mi numero ya no es el mismo, ¿tienes en que anotar?

Asiente y rebusca en su bolso, saca una pequeña agenda y una pluma, me las da y le anoto mi numero y mis redes sociales por si acaso.

—fue un gusto en volver a verte—me vuelve a dar un beso en la mejilla.

—igualmente—se lo regreso—hasta luego.

—hasta luego.

Camino hasta el estacionamiento donde la veo a ella sentada en la cajuela del auto con el bendito celular, me acerco y abro la puerta del copiloto acomodando mis cosas, después ella me pasa las suyas y las acomodo, cierro y termino por sentarme a su lado.

—¿Quién era ella?—alza las cejas pícaramente— tu futura novia.

—¿nos viste?

Asiente

—ya dime quien es—pica mis costillas con su codo—es mi suplente, dime que si será mi suplente.

—es una vieja amiga, solamente.

—entonces ya estamos, ella será tu nueva novia, ¿te dio su numero?, dime que te dio su numero.

—no, yo le di el mío.

Me mira seria como si acabara de hacer la peor babosada del mundo.

—ya estuvo, no te va a llamar, debiste pedírselo tu a ella, si no nunca te llamará y perdimos una oportunidad.

—porque estás tan segura

—porque soy mujer.

—pero ella no es como tu, ella no me daría un numero falso, nos conocemos de hace años, yo sé que tarde o temprano me llamará, de una vez de aviso que saldré con ella algún día para platicar.

—mientras no la beses en publico porque eso si es más tedioso de lidiar, has lo que se te pegue la gana.

—bueno, entonces vámonos que la película comienza en menos de 20 minutos—me bajo y la ayudo a bajar—todavía tenemos que pasar a la dulcería.

—me convenciste, andando—toma mi mano y me jala con ella.

Volvemos a entrar al lugar y nos aproximamos al piso del cine, pasamos por dulcería donde ella se encargó de pedir dulces mientras a mi me mandó a sentar casi amenazándome con irme a amarrar a una silla y ella ver sola la película y venirme a soltar el día siguiente.

La IndicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora