La Indicada

capitulo 3

joel 

—solo dame un año por favor, solo un año para que todo se calme.

—no me conviene.

—te pago.

—no quiero tu dinero, no soy pobre ¿sabes?

—te doy lo que quieras.

—llorón.

—por favor.

—si todo se tuerce en mi contra te juro que será tu culpa.

—yo me hago responsable de todo, pero acepta mi trato por favor.

—¿cuándo empezamos?

—desde hoy mismo, hoy es nuestra primera cita—sonrío.

—que divina cita eh.

—puedo ser mejor, si me das la oportunidad

—pues no que es falso—rueda los ojos.

—pero puedo tener un gesto de agradecimiento de vez en cuando contigo.

—no me gustan esas cursilerías. ¿te lo vas a comer?—apunta mi rebanada.

—toda tuya—se la doy.

—¿tu nombre? ya lo olvidé.

—Joel Pimentel, ¿y el tuyo?

—victoria Sandoval.

—¿a qué te dedicas?

—a relaciones públicas.

—cool.

—y bien, como vas a calmar a tus alimañas de allá afuera.

—yo te cuido—saco una hoja doblada del bolsillo de mi pantalón—. Firma esto—la desdoblo y se la doy.

—¿para? —la mira.

—es para cuidarme de que vas a cumplir con todo al pie de la letra.

—que payasada—se mofa—. Bien, dame una pluma—asiente.

Enseguida saco el tubito que me viene molestando desde que me senté, lee con atención los puntos que básicamente son: no revelar que esto es una relación falsa, no usar esto en mi contra a futuro, estar disponible cuando lo necesite, poner acuerdos para una sana convivencia, no retirarse del juego hasta que yo esté seguro que es oportuno hacerlo, y bla, bla, bla.

Lo firma y me lo regresa, esto me asegura la vida.

—yo también tengo mis reglas.

—adelante, te escucho.

—numero uno: no me gusta que me fuercen a hacer algo que no quiero. Dos: puedes tocar lo que quieras de mi siempre y cuando yo te diga que es necesario. Tres: no me atosigues, odio que me estén llamando si no es por algo de trabajo o cuestión familiar de vida o muerte. Cuatro: pideme permiso para todo, yo te pediré el tuyo. Cinco: no quiero celos si no son necesarios, si es por trabajo hazme el berrinche que sea, pero no hay razón no tienes por qué. Seis: no quiero rabietas de de " pórtate bien, ere mi novia", o cosas asi pro el estilo, sin reclamos que yo hago lo que quiera y sé lo que hago. Siete: no soy tu ex, conmigo todo calmado y relajado, cuando me necesites ahí estaré.

—okey, me parece perfecto, solo te pido que seas discreta, soy figura pública...

—ajá—asiente.

—confío en ti.

—si no lo hicieras no tendría caso que me pidieras esto, ¿ya nos podemos ir?

—no sé mucho de ti.