Capítulo 27 - Invitaciones y cenas

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27 | Invitaciones y cenas

Olivia Audevard

Viernes, 3 de julio

Son pasadas las ocho cuando me siento en el sofá. He llegado del centro de comercial de Châtelet hace poco y, nada más llegar, Tony estaba saliendo con Yvonne para ir a comprar las botellas. Al verme, Tony se ha apresurado a decir que no hacía falta que les acompañara, que le dijera lo que quería y que ellos se encargarían.

Lo que ha sido un alivio porque no está siendo mi mejor día.

Así que he dejado la bolsa de Victoria Secret en mi habitación, me he cambiado de ropa y me he sentado en el sofá. Ansel siempre tiene su cuenta de Netflix conectada a la televisión y me deja usarla, así que eso estoy haciendo. Veo un capítulo de Gossip Girl que me conozco casi de memoria.

—Vuelvo en media hora —oigo decir a Ansel.

Me asomo sobre el sofá para asegurarme de que lleva los zapatos puestos porque no sería la primera vez que sale sin ellos por un despiste. Su atención es intensa, pero viene en cortos periodos.

—¿Al final vienen tus amigos a beber al piso? —pregunto.

Ha dicho algo del tema esta mañana. Era una idea más que algo asentado, pero yo no me quejaría. Por mucho que me divierta con Ansel, mi cabeza está en otra parte y estoy tan cansada que quiero tener las cosas fáciles.

Necesito algo bueno hoy.

—Un par de ellos. —Abre la puerta, regalándome una sonrisa cargada de expectación antes de irse—. Incluido tu Prince Charmant. [Príncipe encantador]

—¿Mi qué?

—Jacob —explica.

—¿Quién?

Ansel frunce el ceño. Necesito unos segundos para unir el nombre con el chico al que llamó hace un par de noches, justo después de que yo le dijera que me interesaba. El chico de los hoyuelos se llamaba Jacob. Cierto.

—Eso suena bien —admito.

Este día está siendo horrible y necesito con ansias una distracción. Ese chico parecía agradable y me resultó atractivo. Además, si Ansel no ha puesto pegas ni me ha dado largas, es porque su amigo no está con nadie ni tiene un carácter desagradable. Así que sí, tengo ganas de verle.

Ansel deja la puerta abierta al acercarse al sofá y apoya las manos sobre el respaldo. Mi mirada pasa entre él y la puerta porque es una manía que tanto Ansel como Yvonne tienen y que me desagrada en exceso. Me incomoda. Este es mi lugar seguro y verles dejar la puerta abierta cuando se les ha olvidado algo en el piso y tienen que volver a por ello o, como ahora, cuando paran a hablar con alguien, me hace querer levantarme y dar un portazo digno de Asher.

—Esto que quede entre nosotros. Está interesado, me lo ha dicho. —No quiero ni saber cuántas cosas le ha contado Ansel a su amigo desde que le dije que yo tenía interés en él. Muchas, eso seguro. Ansel no sabe callarse las cosas y, con eso, sigue en su línea al hablarme de Jacob—. Tuvo un lío desagradable con su ex hace poco y está algo jodido, así que tenle algo de paciencia.

"Está algo jodido".

Se forma un nudo en mi estómago al oírlo. Me deja mal sabor de boca porque he visto lo duras que pueden ser las rupturas y no quiero que Jacob dé un paso fuera de ello para que le golpeen una vez más. No por él, no tiendo a tener tacto en ese tema, sino por Ansel.

Las personas no acostumbran a llevarse bien con quienes dañan a sus amigos, y yo no estoy segura de las expectativas que Ansel le ha podido crear a Jacob en su intento por juntarnos. Pese a las buenas intenciones que tenga, temo que haya dado un gran paso en falso.

La promesa de AsherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora