—Le rompiste la nariz —mi padre pronuncia cada palabra como si no pudiese creerlo.
Mi padre es un hombre pacífico, no recuerdo ninguna ocasión en la que estuviera molesto más de cinco minutos.
El señor David Clark es un hombre exigente, comprometido, dedicado a su trabajo; no tolera los errores y fallas de ningún tipo, pero también es mi padre. Y mi padre es un hombre atento, comprensivo, cariñoso y dedicado a su familia.
No tengo el valor para verlo a los ojos, le he fallado, a él y a mamá... mi madre debe estar desesperada por no poder estar aquí, más que desesperada, debe de estar decepcionada, ambos lo están.
Su hija menor se metió en una pelea en donde solo una uso los puños. Le rompí la nariz a Delancey y ni siquiera recuerdo como pasó, peor aún, no sé cómo llegué a mi habitación.
Solo sé que papá ya me esperaba en la planta baja de mi dormitorio al amanecer. Nunca olvidaré como esos ojos azules que tuve la dicha de heredar me miraban con severidad mientras bajaba la escalera.
No dijo nada, yo sabía lo que quería decir con tan solo mírame de esa manera. Corrí a tomar una ducha y quince minutos después, ya estábamos en la oficina del decano.
Espere afuera mientras él hablaba con los padres de Delancey. Cuando estos salieron del lugar me miraron como si estuviesen viendo a un delincuente, como las personas que suelen juzgar a mi hermano por sus tatuajes, pero yo no tengo tatuajes, solo basta con ver mi puño derecho y notar los nudillos hinchados y enrojecidos.
Desconozco la razón exacta que me llevó a cometer tal cosa. No quiero tanto a Jackson como para golpear a una chica por él.
El espectro de su sonrisa cruzó mi mente como una estrella fugaz. Él me vio... no recuerdo nada más.
«Ahora todos saben lo loca que estás».
Encajo mis uñas en la palma de mi mano, un calambre de dolor me hace esbozar una mueca.
—Cállate...
—¿Qué? —mi padre exclama.
Nos encontramos en la oficina del decano, nos permitió unos minutos para que mi padre pudiera hablar conmigo sobre lo sucedido.
—Nada, es que...
Mi padre bufa por lo bajo. Tira de su corbata negra que va a juego con su perfecto traje hecho a la medida. Su cabello negro —igual que el de Jasper y el mío— luce desalineado a comparación a como acostumbra a peinarlo; hacia atrás. Parece que no tuvo mucho tiempo antes de salir de casa porque no le alcanzó lo suficiente para recortar su barba como a él le gusta.
—No lo puedo creer, Maya. No puedo creer que mi hija le rompiera la nariz a una chica.
No puedo evitar molestarme, es injusto.
ESTÁS LEYENDO
MI VIDA AL REVÉS ✔ [Spin-off de ¿EEAR?]
Novela JuvenilPensé que era indestructible. Quería sentirme independiente, por primera vez, quería mi propia historia. Pero no así... Él llegó para poner... mi vida al revés. La Maya que salió de casa de sus padres, aquella que quería "vivir la experiencia unive...