Mi querido amo del sexo (Editando)

14. Positivo

Entré a casa y dos voces femeninas llamó mi atencion. Sabia que una de ella era la de Jade y la otra...

–Harry—Keyla sonrió y miró a Jade quien tenia sus ojos en mí.

El efecto que causaba en mí al verme de ésa manera era mortal. Mordí mi labio y sonrío observando cada partícula de su rostro.

–Iré a mi Habitacion.

Dejé los lentes de sol en la mesita junto con las llaves.

Jade.

Suspiré con tranquilidad al ver a Harry subir a su habitacion. Keyla me miró pícara y esperaba una respuesta de mi parte

– ¿Para qué quieres ir a un hospital?

Pregunté y miré su media sonrisa desaparecer.

–Louis está muy extraño, y lo he visto visitar el hospital central más de una vez.

–Vamos

Quería saber también qué pasaba con louis, yo quería saber más que nadie. La miré con tranquilidad y corri por las escaleras, miré la puerta de la habitacion de Harry y entré

Él estaba acostado en su cama, sin ropa, solo con  bóxer y fue como mirar a un ángel.

–Saldré con Keyla... Yo up, bueno, tomaré tu auto—Logré decir y él se levantó con rapidez de la cama, miré su bóxer y me desconocia completamente al desearlo de ésta manera.

–¿Qué miras?

Entre abri mi boca y miré sus ojos, ellos tenian un brillo jugueton, y su voz fue muy suave. Miré su sonrisa seductora y me negué a morder mi labio de nuevo.

–Nada—Espeté y él dejó escapar una pequeña risa.

Caminó lento hacia mí, y alejé mi mirada de él. Respiré apresurado y quería salir de ésta habitación ya, pero no lograba saber qué me detenia.

–No tardes, y ten cuidado—sus labios finos hicieron contacto con mi mejilla izquierda y cerré mis ojos respirando con dificultad.

–Lo prometo.

Sonreí y salí de la habitación. Miré a keyla quien estaba impaciente, me frunció el ceño y me siguió hasta donde estaba aparcado el auto. Entramos y arranqué el auto con tranquilidad

–¿Caiste una vez más en su atractivo encanto?

Reí y negué con la cabeza

–Esto no es gracioso

–¿Y por qué estas teniendo una sonrisa estúpida?

Apreté mis labios y dejé de sonreir, ella rió y yo no lo hice más. Al llegar al hospital aparqué afuera y no en el estacionamiento.

–Vamos

Me tomó por la mona y caminamos adentro del hispital, paredes blancas, enfermeras y medicos en blanco, pascientes en sillas de ruedas, algunas embarazadas, algunos heridos de balas. Imaginé ésto en tiempo de guerra cómo era en años pasados, y fue completamente horrible tan sólo imaginarlo. Segui a keyla y me llevó a una oficina cerca del registro de pacientes.

–¿Estás segura? —Pregunté, mirando la oficina vacia.  Me quedé en la puerta mirando a ver si alguien venía.

–Vigila bien.

Registró el estante de papeles y empezó a buscar algo que yo desconocía. Entonces llegó algo importante en mi cabeza, ¿le gusta louis? Pero... no, eso no puede ser.