36- El placer de la vida

574 34 0
                                    

Él observa mi sujetador negro, sus ojos se tornan oscuros, un verde oscuro y un negro alineado. Sonrío y siento su manos deslizarse por mi espalda, suelta el sujetador y bajo mis brazos para que caiga en su torso.

–tienes que saber qué... –calla y comienza a juguetear con mis senos– No es sexo lo que hacemos, es placer, es pasión, el sexo es rutinario y yo te deseo cada día que pasa.

Su boca estaciona entre el valle de mis senos, cada mano de él posada en cada de mi senos, los aprieta. Suelto un suspiro, agarro su pantalón, bajo el cierre y desabrocho el botón.

–mueve el asiento–Ordeno, ya que mi espalda estaba sofocada por ello.

Él asiente y lo mueve hacia atrás, estaba liberada. Harry levanta un poco sus caderas y termino de bajar su pantalón hasta sus muslos, la erección bajo la tela negra me gusta. Él baja mi short, hasta mis muslos junto con mis bragas, queda en su abdomen ya que no podía bajar más, agarra mis caderas y me levanta un poco, lo ayudo bajando su bóxer, su pene sale hacia arriba y me deja caer sobre el.

Me duele, no lo deja de hacer, lo nota y me besa, sigo el beso, me llena de placer y comienzo a sentir el placer dentro de mi interior. Muevo lentamente mis caderas, mientras las puntas de su cabello hacen cosquillas en mis mejillas, gimo en su boca y los nudillos de mis dedos se enredan con su cabello, lo halo. Sigo moviéndome lentamente, dándonos nuestros tiempo, sin prisa.

–No tengo pienso de que te aburras de mí, voy hacerte las cosas que el mundo quiere que reciba una mujer, jade– susurra.

Muerdo mi labio y miro sus ojos, acuno su rostro entre mis manos y el sudor vaga por mi frente, no estaba encendido el aire del auto y los vidrios estaban arriba, gran estimulación, pero no cómo sus palabras.

–Quiero que me enseñes el dolor, un dolor que termine en placer, quiero que me lo des todo y yo te dé todo de mí.

Me sostengo de su torso y comienzo a ladear mi cuello, arriba y abajo, mm, siento sus grandes manos en mi trasero, entierra sus dedos ahí y escucho un gemido que viene de su garganta.

–Nos enseñaremos, tengo tanto que aprender de ti, aunque he vivido enamorado de ti desde hace unos años.

sonrío y escondo mi rostro en su cuello, mis dientes toman la piel de ese lugar y escucho una risa entre gemidos.

–Y yo enamorada de ti, dejemos que el tiempo nos enseñe, dejemos que la piel y el placer nos haga vivir cómo queremos.

grito en mi interior al sentir su pene en mi punto g, cierro los ojos y deslizo mis manos por su nunca, aprieto con fuerza y vuelvo a dejarme caer en él.

–Maldición, tú me vas a llevar a la muerte...

Niego y mis piernas comienza a sentirse relajadas, no escucho nada, mi aliento es pobre y la tensión comienza a acumularse.

–No cambiaría ésto y a ti por nada, dios, quiero escuchar de tus labios ahora que me deseas tanto cómo yo a ti–dice

Lo escucho y no puedo asimilar nada ahora, estaba llegando al tope, me iba a derrumbar en sus piernas, iba a entregarme una vez más al hombre que me hizo mujer, que me enseñó a amar, a quién odié y amé, a quién sigo amando como el primer día.

–¡Te deseo, Harry! ¡te deseo desde que tengo conocimiento de la palabra! ¡te deseo desde que me hiciste tuya! ¡te deseo desde aquel día que me pediste hacer el juego! ¡te deseo, Harry styles!

Llego, me hace llegar a un delicioso orgasmo, llego entre sus brazos, llego en armonía de sus palabras, sí, lo disfruto. Me abraza y respira despacio en mi cuello.

–He alcanzado el orgasmo sin terminar de eyacular dentro de ti, jade, he sentido placer sin necesidad de llegar–sisea y frunzo el ceño.

me separo y lo miro a los ojos.

–¿No has llegado?–pregunto un poco confusa.

–No, pero llegué junto con tu alma, eso es lo más importante, he aprendido algo nuevo de ti hoy, y es que me has hecho tener un orgasmo con el alma.

Me quedo perpleja, casi sorprendida, algo nuevo se enciende dentro de mí y éste hombre me había hecho sentir el placer de la vida.

–Te amo, Harry.

***

Salgo de la habitación en pijama, bajo las escaleras y camino a la sala, todas las luces apagadas, excepto la de la sala y Harry no estaba en cama conmigo.

Lo veo sentado en la alfombra, su torso desnudo y sus pies, una copa de vino en su mano y su cabeza recostada del mueble mirando hacia un punto muerto.

–¿Sucede algo?–Pregunto y camino hacia el mueble, me siento cerca de él, acaricio su cabello y abraza mis piernas.

Deja su cabeza en mis rodillas y sus brazos aprietan con fuerza.

–Hay algo que está rondando en mi cabeza, amor–Dice.

Acaricio su mejilla y luego su mentón

–¿Qué está rondando en tu cabeza?

Él deja de abrazar mis piernas y me mira, su rostro serio, sus labios formaban una línea y su cabello caía sobre sus hombros.

–Tengo miedo, un miedo íntimo, un miedo que puede implicar mi perdición.

Me quedo en silencio, tal vez procesando lo que estaba diciéndo. Era tan extraño que él tuviese un miedo, de tal manera que esté disperso y nervioso. No encuentro palabra para preguntar de qué miedo está hablando.

Me inclino hacia él y beso sus labios, un beso rápido. Me mira extrañado y su tensión baja.

–¿quieres qué pregunte de qué miedo hablas? porque si es así, lo estoy preguntando ahora –Murmuro.

Se hala el labio con su dedo índice y su dedo pulgar como de costumbre, se queda pensativo y niega.

–Cuándo llegue al límite, sabrás de qué miedo estoy hablando–Se coloca recto y desliza una mano por mi muslo interno– Tengo nuevos planes para nosotros, mañana será un día bueno para los dos, sólo, vamos a dormir.

Mi querido amo del sexo (Editando)Where stories live. Discover now