25.- se acabó

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Salí de la sala y luego de la casa, subí al auto y antes de arrancar miré la casa.

La puerta se abrió y los chicos salieron, Harry corrió hacia mí pero arranqué antes de que entrara en el auto.

Ésto era la pesadilla que yo siempre he temido en tener, miré el camino y no sabia a donde iría ahora.

No había salido más que una lágrima, era extraño pero realidad, no quería llorar, no quería sufrir más de lo que he sufrido. Es ridículo todo esto –sonreí– sólo nos tenemos para el sexo, ¿por qué me quejo? no debería estar de ésta manera, en ésta altura debería ser más fuerte que el día anterior, debería superar el amor que siento hacia él y dejarme llevar por el sexo entre los dos.

Aparqué fuera de la casa de keyla. Tomé las llaves del auto y miré a mis lados, caminé y toqué el timbre.

¡Vamos!

Jade...—Keyla me abrazó.

Entré a la casa y parecía que sus padres no estaban.

Me dejé caer en el mueble de lana rojo que ella poseía en la sala.

–Harry tuvo sexo con otra—Sonreí y mordí mi labio para no caer en llantos.

Keyla me observó con lástima y se sentó a mi lado, corrió su mano por mi hombro y me abrazó.
–¿Estás segura de ello? Harry te quiere, jade—Dijo.

–Tú no puedes hacerle daño a la persona que quieres y si lo haces es porque realmente no la quieres. ¡Por dios, keyla!—Mascullé.

–Maldito imbécil—Susurró.

–¿Sabes qué quiero hacer ahora?—La miré y ella negó – Quiero ir a un bar, el mejor y beber hasta más no poder.

Ella se levantó del mueble y corrió a su habitación, luego salió con un abrigo y me sonrió.
–Entonces, vamos, querida.

Reí y esto era lo que necesitaba, alguien que me acompañara  en éste maldito mohín de vida.

Cuando llegamos al bar, me sentía más relajada. Nos acercamos a la barra y pedimos dos vasos de whisky.

–¿Lo amas tanto?—Preguntó bebiendo la última gota de su whisky.

–Sí—Sonreí y el whisky había caído como dios manda en mi sistema.

–El amor apesta, es como el fuego, al principio es poco las llamas  y no quema, pero cuando crece quema y mata.

Ella tenía razón. Pero ¿de qué servía ahora? Todo está hecho, tengo metido a Harry en mi piel y mi corazón.

–Es hora de irse—Escuché a keyla, reí y ahora es que comenzaba todo ésto.

–Thu, m-i kerida amiga— Reí y pedí otro trago de whisky. Quería embriagarme hasta olvidar  el amor que tanto me hace daño.

–Espera, Jade—Me quitó el trago, su celular comenzó a sonar y me miró con recelo.–Espera aquí, atenderé está llamada.

Me encogí de hombros y tomé la botella de whisky.

–El hamor, es una...up... porquería—Reí y miré al hombre que estaba sentado a mi lado. Él me sonrió y asintió.

Harry.

–Keyla, dime dónde está ella—Gruñí.

Estaba más que alterado y frustrado conmigo mismo.

–Lo siento, mi querido amigo, pero ella...—Hizo silencio y estuve atento a la música alta que se escuchaba.

–¿Tú eres la amiga de la chica que está ebria en la barra?

Mi querido amo del sexo (Editando)Where stories live. Discover now