Mi querido amo del sexo (Editando)

48. un nuevo comienzo

Había ido con una estilista, decidí cortar mi cabello y donarlo, también dejé ir a la mujer de mi vida, ella tomó una decisión y yo no soy parte de ello.

Había comenzado una nueva era.

–Harry, te buscan.

Alcé mi vista y miré a la secretaria en la puerta, asiento y le hago seña de que lo deje entrar.

Exigí a la secretaria que me tuteara, era hora, ya no tenía lo que tenía y no debía cuentas a nadie.

La puerta se abre de par en par, unos tacones rechinaron en el piso de porcelana y miré hacia adelante.

Jade lucia un vestido negro casual, no traía consigo sostén, la tela del vestido no se lo permitía y ellos estaban en su lugar.

Su cabello estaba recogido en una coleta, sus labios son color piel y sus piernas están tonificadas.

–Tenemos que hablar.

Me vuelvo a sentar en la silla, entrelazo mis manos y me guardo lo impresionado que estoy, puesto que sólo ha pasado tres meses y 22 días, y ella está jodidamente exquisita.

Asiento y le señalo la silla de adelante, ella se sienta y deja sus manos sobre sus piernas.

Está perfectamente tratada, mucho más madura y... lo que habíamos dejado comenzaba a dolerme mucho más que cuando escuché de sus labios que sentía algo por louis.

–Te escucho.

Relaja sus hombros y se mantiene recta, suelta un suspiro y me mira fijamente a los ojos.

–Lo de louis...

Negué y me levanté de la silla dándole la vuelta al escritorio, me acerco a ella por detrás y aprieto mis labios. 

–¿Viniste aquí a hablar de mi mejor amigo?

Susurré a su oído, ella se tensó y negó. Mis ojos viajaron a sus senos, sus senos libres, falta de mí, falta de mis labios y mis manos, sus senos majestuosos. La tela negra es suave, puedo notarlo a simple vista, muerdo mi labio y me alejo caminando a la pared de cristal.

–No era cierto, Harry, lo que dije aquella vez no es cierto.

Volteo a verla y sigue de espalda, frunzo el ceño y no me siento satisfecho al escucharla.

–Lo dije enojada, estaba decepcionada por tu comentario, fue un bajón, no fue cierto.

Su voz se quebró y di un paso adelante, pensé en ir y abrazarla pero me lo negué de inmediato.

–¿Por qué dejaste pasar tres meses para decírmelo?

–Porque te alejaste de todos, hasta de louis que te necesitaba.

Tomé mi mentón y lo acaricié,  volví a sentarme en la silla y la observé.

–Nunca dejé a un lado a louis, sólo que tus ojos y los de él nunca lo vieron.

Aclaré, ella bajó su mirada y un minuto después se levantó de la silla.

Su cintura está mucho más definida.

–Ésta noche papá y mamá celebrarán su aniversario, quieren que asistas, espero verte ahí...

Dio la vuelta y caminó a la puerta, miré su trasero y luego acaricié mi sien. Ahora sí comenzaba a volverme loco. Nuevamente.

Salí del escritorio y troté por el pasillo para alcanzarla, llegué al inicio y ella se había ido.

–Harry...