2.- Orgasmo

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Liam y yo disfrutábamos el mar oscuro bajo la noche con miles de estrellas a la luz.

–¿Vamos a dentro?

Él me observó y yo asentí. Sonreímos y fuimos a dentro.

Los chicos aún seguían con su atención en la tv, liam se incorporó y me miró con confusión.

–¿Vienes?–los chicos voltearon a verme y negué.

Miré por último a harry y él era, es decir, es mi consolación.

–Iré a mi habitación–Sonreí y subí las escaleras.

Entré a la habitación, me quité las medias llenas de arena y fui al baño a lavarme los pies para luego secarlos y colocarme otras medias. Me entré en las sabanas y me acurruqué con las almohadas.

No dejaba de pensar en nuestro juego, sé que me traerá problemas conmigo misma, espero a cambio amor, pero no, solo habrá sexo.

Escuché la puerta.

–Pasa–Dije.

–¿Qué sucede?–Esa voz me exaltó y mi corazón latió rápido, me acomodé en la cama para verlo caminar a ésta, se sentó a mi lado y me observó atento.

–Nada–Sonreí.

–Sabes que puedes contarme–Acarició mi cabello.

–Lo sé–Afirmé–Sólo, son nervios

–Está bien tenerlos, jade–Él sonrió–Tengo una sorpresa para ti

–¿Una sorpresa?–Fruncí el ceño pero él seguía con su leve sonrisa en sus labios.

–Sí, espera aquí–Besó mi frente y salió de la puerta.

Arqueé las cejas y me quité las cobijas del regazo, me levanté de la cama y observé por la ventana de la habitación. El mar estaba con tal desesperación y la noche opaca su color, regresé a la cama preguntándome ¿qué sorpresa puede él darme? Que no pueda sorprenderme.

Encontraba nuestra amistad de mejores amigos increíble y no me perdonaría que se alejara de mí por amarlo cómo una maldita desquiciada.

La puerta se abrió dejando ver a harry.

–Listo...–Él se acercó y tomó mi mano, salí de la cama con nuestras manos entrelazadas, me llevó abajo y no veía a los chicos, abrió la puerta para salir afuera y el frío cubrió mi cuerpo.

–¿A dónde vamos?–Pregunté.

Él siguió guiándome, alejándonos de la casa, el ruido de las olas del mar y el aroma eran encantadores.

–Espera y verás

Dejé de preguntar y me propuse en disfrutar el caminar con su mano entrelazada con la mía.

Ya la casa no estaba a nuestra vista, sólo había arena, mar, él y yo. Aclaré mi vista y observé unas velas, siguió caminando mientras me arrastraba con él.

–Espera.

Se detuvo, lo observé y sacó una venda de su bolsillo.

–Te pondré ésto... –Cubrió mis ojos con la venda.

–Harry...

–Tranquila–Su voz ronca me erizó la piel–Déjate llevar.

Tomó mi mano y me guió, no sabia qué era, pero antes había observado velas y quería saber que había más allá de ellas.

–¿Lista?

Estaba nerviosa, era obvio y sabía que él sabía mi estado. Asentí y él corrió sus manos por la venda y la quitó, pero mis ojos seguían cerrados.

Mi querido amo del sexo (Editando)Where stories live. Discover now