Matías.
Cuando abrí la puerta ví a Ingrid subiendo las escaleras, quise hablarle y saludarla, hace años que no la veo. Preferí salirme y hablarle otro día.
Me enojé conmigo mismo, no debí tocar de esa manera a Natalia, ella no estaba segura, sentí cómo su cuerpo temblaba bajo el mío y aunque después empezó a tocarme, yo sé bien que no estaba lista.
También me dolió cuando dijo que ya no me amaba.-¿Qué esperabas, Matías? -me pregunté-. Era obvio que se olvidaría de tí. Te largaste cuatro años, ¿quién va a esperarte tanto tiempo?
Seguí caminando hasta que llegué a mi casa. Tenía la mirada abajo y sentí que choqué con alguien.
-Fíjate idiota -me dijo la persona.
Levanté la mirada y ví a Valeria, tenía unos audífonos y al parecer tampoco me vió por andar escribiendo en el celular.
-Lo siento -me disculpé.
-No, tú no te preocupes. La tonta fuí yo por no fijarme -sonrió.
-Me dijiste idiota.
-Pensé que era otra persona, a tí no te diría así.
-Bueno -sonreí.
-No me llamaste -enarcó las cejas-. ¿No te interesé?
¿Cómo va a interesarme? Sólo tengo ojos para una chica. Natalia.
-Es que lavé mi ropa y no revisé las bolsas del pantalón -respondí-. Cuando la tendí, me dí cuenta de que tu papel se había mojado y no pude recuperarlo.
Mentí. Se me hizo la mentira más estúpida pero esperaba a que me creyera.
-Qué lástima -miró hacia abajo-. No traigo papel ni lapicero, pero puedes darme tu número -movió su celular.
-¿Por qué no anotaste tu número en mi celular? -pregunté.
Traté de safarme de la mentira que le había dicho. Era como si le hechara la culpa a ella.
-¡Cierto! -se rió-. Era más sencillo. Así no hubieras perdido mi número.
Saqué mi celular y se lo dí para que anotara su número. Cuando me lo regresó ví que se registró como "la chica que me gusta".
-¿La chica que me gusta? -fruncí el ceño.
-Es un sobrenombre, regístrame cuando llegues a tu casa.
Sonreí y luego abrí la reja.
-¿Vives aquí? -preguntó.
-Sí, Valeria -respondí.
-Está hermosa tu casa.
Me dió un beso en la mejilla y se fué muy feliz.
Estaba acostumbrado a que las chicas me coquetearan y pidieran mi número. Siempre les decía que mejor ellas me dieran el suyo, así les llamaría más tarde. Eso nunca pasaba, borraba los números y continuaba haciendo mis cosas. O algunas veces le daba los números a mi hermano Mauro, él sí era de meterse con chicas altas y guapas.
Entré a mi casa y ví a Jimena aún hablando con mi abuela.-Qué bueno que llegas -me dijo mi abuela.
Querían que me quedara en su plática pero qué aburrido. Subí a mi habitación para dormir. Éste día no había sido tan bueno.
Natalia.
-Un buen baño me relajaría un poco -me dije a mí misma.
Salí de mi habitación y entré al baño a ducharme. Terminé, me puse una bata y salí. Aún se escuchaba el ruido de abajo. Entré a mi habitación, me acosté en la cama, me puse los audífonos y escuché unas cuántas canciones. En cuanto me dió sueño puse el celular en el mueble pequeño que está al lado de mi cama y me quedé dormida.
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Tu Recuerdo (Completa✔) #1
Teen FictionPrimer libro de la saga "Perfecto Dilema" Natalia (una chica de baja estatura pero atractiva) fué abandonada por su primer amor, Matías ya que él la quería sólo por sexo y prefirió irse a Perú en busca de otras chicas. Pasaron cuatro años y ella sól...