Capítulo 7

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Matías.

Me puse una playera color vino que se me ajustaba al cuerpo, unos jeans negros y chaqueta negra de cuero. Katheryn había tardadado mucho en arreglarse pero por fín íbamos a la fiesta.

-¿Por qué siempre tardas maquillándote? -le preguntó Mauro.

-Porque en ocaciones me maquillo mejor un ojo que el otro -respondió.

-Yo los ví iguales hace un rato cuando te quitaste el maquillaje.

-Tú qué vas a saber, Mauro.

-Sé mucho, he salido con demasiadas chicas.

-Pero no las has maquillado.

-Pero si follado -dije riéndome.

-¿Cuándo lo harás con Celeste? -le preguntó Katheryn.

-No sé, me lo preguntas como si sólo buscara tener sexo con ella -respondió Mauro molesto.

-Es lo que haces con todas, las conoces, platican, se besan y terminan en la cama -le dije.

-¿Debería hacer eso con Celeste?

-No -respondió Katheryn-. No la conozco bien pero creo que es una buena chica, es muy linda y deberías tratarla mejor.

-Se lanzó a Mauro en cuanto lo vió -le dije.

-Eso no quiere decir que deba ser tratada como prostituta, Matías -me dió un zape.

-Tienes razón -fruncí los labios.

-Es que me gusta, y no sólo para tener sexo, ella realmente me gusta para algo bien -nos dijo Mauro.

Ambos lo miramos asombrados, eso era completamente diferente.

-¿Ayer no pasó nada entre ustedes? -le pregunté.

-No, sólo estuve abrazándola. Sí fuimos a un hotel pero no pasó nada, hablamos de nosotros y se quedó dormida, después despertó cerca de las 2:00 de la madrugada y fué cuando quiso irse a su casa.

-Con más razón debes acercarte a ella -le dije-. Tal vez cambie tu vida.

Estábamos por llegar, escuchamos música, no era muy lejos del centro.

Natalia.

Entramos y habían mesas chicas, medianas y  grandes, en las casetas vendían cervezas, vodka, tequila, vino y todo tipo de alcohol, había puestos de comida rápida y chucherías, al centro estaba una pista de baile. Habíamos llegado temprano, algunas personas se besaban sin importar quién los viera, otras ya estaban bebiendo y algunas comiendo.
Nos sentamos en una mesa chica en donde sólo pueden sentarse cuatro personas, dejamos nuestro abrigos colgados a la silla y los bolsos encima de la mesa.

-Iré por una hamburguesa -dijo Celeste poniendo una mano en su estómago- manejar me provocó antojo de una, ¿quieres que te traiga algo?

-No, gracias -respondí-, aquí te espero.

Ví cómo Celeste se movía entre la multitud y de repente sentí  unas manos cubriendo mis ojos, puse mis manos encima de éstas para quitármelas y saber quien era, miré hacia atrás y me quedé boquiabierta.

-¿¡Diego!? -pregunté emocionada.

Estaba vestido con una playera verde de cuadros abrochada hasta el cuello, al rededor de él tenía un moño negro y pantalones negros. Era más alto que yo, incluso más alto que Celeste.

-Ven acá, hermosa -me jaló de los brazos y me abrazó con tanta fuerza, yo hice lo mismo, rodée su cuello con mis manos y luego nos separamos por unos centímetros pero él aún me tenía agarrada por la espalda.

Tu Recuerdo (Completa✔) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora