Capítulo 9

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Mauro.

Celeste me llevó a su casa, no había nadie ahí. Estaba volviéndome loco por ella, ¿cómo puede ser posible que alguien me tenga de esta manera si llevo un día de conocerla? Entramos a su habitación y supe lo que quería hacer.

-¿Por qué eres tan sexi? -le pregunté.

-Me ves de esa manera porque te gusto -empezó a quitarse el vestido.

-No, reina -la detuve-. Aquí el control lo llevaré yo.

-Eso es lo que crees -sonrió.

Nos quitamos la ropa desesperadamente, los dos estábamos anciosos por tenernos, quería que le diera placer y yo estaba encantado de hacer lo que me pidiera. Estando ya desnudos la acosté en la cama, me puse entre sus piernas y la penetré con fuerza.

-Ah -empezó a gemir-... más... sigue.

Esta chica quería más de mí, no le bastaba con ya tenerme desnudo en su cama, decidí que esto fuera salvaje, si ella me decía que parara, lo iba a hacer, no quería lastimarla.

-¿Te gusta? -pregunté entrando y saliendo de ella con fuerza.

-¡Mierda! -arqueó la espalda-. No pares...

-Móntame.

Lo hizo sin cuestionarme, no puso pretextos ni se puso nerviosa. ¡Carajo! Esta chica era una Diosa, sería muy aburrido para mí estar con una inexperta. Me montó como se lo pedí, subía y bajaba con facilidad, se movía hacia adelante y hacia atrás, estaba cerca de llegar al climax, pero quería que ella lo sintiera primero. La giré para penetrarla desde atrás, ella no se negó. Sus gemidos me estaban excitando más de lo que ya estaba. Cuando terminamos nos dormimos juntos, algo completamente nuevo para mí, nunca había dormido con una chica después de hacer el amor, bueno, a las anteriores me las follé, a Celeste le hice el amor.

Natalia.

Nos metimos a mi habitación y cerró la puerta con su pié, me acostó en la cama y yo no lo soltaba del cuello.

-Quédate a dormir -le dije apenas mirándolo.

-Me encantaría quedarme -respondió- pero pueden llegar tus papás.

-Ellos nunca llegan a esta hora y aunque fuera así no se darían cuenta de nada -acaricié su mejilla.

-Bien, voy a avisarle a los chicos.

Solté una carcajada -¿Realmente crees que iban a esperarte? Mira por la ventana, te aseguro que sólo está estacionada tu camioneta.

Caminó hacia la ventana y abrió un poco la cortina.

-Hijos de puta -susurró-. Diego seguro que se llevó a mi hermana.

Caminó hacia la puerta con la intención de irse pero lo detuve con una pregunta.

-¿Me vas a dejar sola sabiendo que te necesito?

-Natalia... ¿por qué tienes que hacer pucheros? No me resisto a esa carita.

-Entonces ven -me hice a un lado y dí palmaditas en el colchón.

-Antes tenemos que acomodar las cobijas para taparnos -me cargó con un brazo y con la otra mano jaló la cobija-. Ahora sí.

Nos acostamos y yo miré su brazo, lo apreté con mi mano y después lo acaricié.

-Me gustan estos bíceps -le dí un beso.

Él sonrió y agarró mi barbilla para que lo mirara -será mejor que te duermas, cariño.

-Hazme el amor -le susurré en el oído, ví que se ruborizó y puso su mano en mi trasero.

Tu Recuerdo (Completa✔) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora