Capítulo 5

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Mauro.

¿Por qué no dejo de pensar en el beso de Celeste? En sus labios suaves, la manera en me miraba, su sonrisa tan inquietante. Esa chica empezaba a dominar mis pensamientos y no iba a permitirlo.
Llegué a la esquina de la casa de Natalia cuando escuché un clapson sonar, abrí más los ojos y ví el Jeep de Celeste. Bajó la ventanilla para verme.

-¿Te asusté? -me preguntó.

-Un poco -respondí.

-Sube.

Abrí la puerta para meterme con ella.

-¿Acabas de salir de la casa de Natalia? -me preguntó.

-Sí, hablamos demasiado.

-Y yo iba a verla -forzó una sonrisa-. Lástima que ya te vas.

-¿Qué te parece si cambias ese plan? -le pregunté.

<<Detente, Mauro. No la invites a salir>> decía mi yo interno.

-¿Y qué plan haría?

-Ir conmigo. Vamos al zócalo.

-Está bien -arrancó-. Vámonos.

-Disculpa por no ser yo quien te lleve, pero no tengo auto.

Le mentí, tengo una camioneta pero está en Perú y puedo comprar cualquier auto aquí en México. Sólo quería ponerla a prueba.

-Eso no importa -se rió.

-¿No te dá pena que te vean conmigo y ser tú la del auto?

-A tí es al que le debería de dar pena por estar conmigo. Y no me interesa que no tengas auto, yo quiero tu compañía.

¿Qué acababa de decir?

-¿Por qué me debería de dar pena estar contigo? -pregunté.

-Bueno -hizo un mal gesto-. No soy como Natalia. Soy todo lo contrario a ella y... -su voz se entrecortó.

-¿Pasa algo, Celeste? -soné preocupado.

-Es que no quiero provocarte asco -su voz sonó chillona-. Eres un chico muy guapo y de seguro has estado con muchas vírgenes.

-¿Eso qué tiene que ver?

-Te dije que soy todo lo contrario a Natalia, yo no soy vírgen.

-¿Por qué me dices esto?

-Por si quieres huir. Para que luego no me digas que te mentí.

-Oh...

-Te llevaré a tu casa -dijo desanimada.

-Quedamos en ir al zócalo -suspiré-. Mira, Celeste, no me interesa que ya hayas estado con otros chicos. Me gustas, estás muy hermosa y no quiero follarte, no quiero llevarte a la cama, sólo quiero platicar contigo, conocerte y pasar un rato juntos.

-¿No quieres follarme? -frunció el ceño.

-Ahorita no estoy interesado en eso. Me gusta más la idea de verte sonriendo.

-¿En serio?

-¿Acaso follas con todos los que conoces?

-No, pero todos quieren follarme cuando me conocen. Sólo les sirvo para eso.

-Pues qué estupidos -me reí.

-¿Por qué te ries? Esto es algo serio para mí.

-Perdóname, pero yo... sólo quiero conocerte, ni siquiera había pensado en meterte a mi cama.

Tu Recuerdo (Completa✔) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora