Habían pasado cinco días desde la fiesta donde les pasaron muchas cosas a los hijos de los superhéroes, Billy había querido hablar con Alec, pero este lo evadia a toda costa o inventaba cualquier excusa para librarse de la situación, hasta que el mayor se dio por vencido.
Un día, el de ojos negros se despertó dos horas antes de lo habitual por culpa de una pesadilla, como no pudo volver a dormir decidió levantarse de una vez y buscar algo que hacer, cuando salió de su cuarto se encontró con su primo saliendo del suyo listo para ir a entrenar, este le dedico una mirada fría y comenzó a dirigirse a la sala de entrenamiento.
—Alec, espera —corrió atrás de él—, tenemos que hablar.
—No tengo tiempo, debo ir a entrenar —respondió tajante.
—Por favor —lo agarro de su brazo y este volteo—, solo será un minuto.
—bufo—Te escucho —cruzó ambos brazos sobre su pecho con una expresión dura.
—Es sobre lo que pasó en la fiesta.
A pesar de que Alec intentó mantenerse sereno, Billy pudo notar que su expresión cambió a una preocupación, aunque bien disfrazada.
—Todos estaban borrachos, no hay nada de que hablar —comenzó a irse pero el otro corrió más rápido y se puso delante de él, obstaculizo su pasó—, necesito irme.
—Escucha, se que tal vez estés confundido pero te puedo ayudar —colocó un mano en su hombro—, yo más que nadie te puedo entender.
—quito la mano de su hombro—No creo que me puedas entender, además no sé de qué me hablas —replicó con voz gélida—, yo también estaba borracho, no recuerdo nada.
—Ambos sabemos que eso es mentira.
Alec siguió caminando a paso apresurado con Billy siguiéndolo, hasta que llegaron a la sala de entramientos donde no había nadie. El más alto empezó a preparar su arco para practicar.
—¡Te vi besándote con mi amigo! —grito para llamar su atención gracias a que lo estaba ignorando.
Con la furia rebalsandolo, tiro su arco al suelo y se dirigió a su primo con una expresión dura y a la vez distante.
—¿Y eso qué? —cuestióno con exasperación—, fue solo una vez, y gracias al alcohol en mi cuerpo.
—No te quiero presionar, solo quiero que sepas que nadie te va a juzgar —habló suavemente—, todos en nuestra familia te apoyarían si quieras salir con mi amigo o quien sea, puedes dejar fluir tus sentimientos.
—¿Acaso crees que me interesa? —preguntó molesto—, que a partir de ahora voy a andar besandome con cualquier chico que se me ponga en frente como lo haces tú —expresó de manera hostil.
Billy se sorprendió y se molesto mucho por la forma en la que le estaba hablando pero mantuvo la calma para cumplir su objetivo, o si no sería como si todos sus esfuerzos hubieran sido en vano.
—No merezco ser juzgado por vivir mi sexualidad libremente —dijo dolido por las palabras del otro—, no le hago ningún daño a nadie saliendo con otros chicos que son libres al igual que yo —respiro hondo—, solo quiero que tu también experimentes eso, esa sensación de libertad y tal vez eso te pueda ayudar en otras cosas.
—Nunca me he sentido atraído por nadie en toda mi vida y ahora no es la excepción —colerizo—, si lo estuviera tampoco cambiaría algo, concentrarme en mi entremiento es mi prioridad.
—Pero hay cosas más impor...—no lo dejo terminar.
—Esto también es para mantener a todos a salvo, ¡Parace que quisieras que alguien más muriera como lo hizo Danny! —gritó.
Billy se quedó pasmado por lo que el otro dijo, Alec se dio cuenta de sus palabras pero ya era demasiado tarde, el daño ya estaba hecho, vio como a su primo se le llenaban los ojos de lágrimas y quizo acercarse; pero cuando dio el primer paso, el mayor lo aventó con su magia hacia la pared, el de ojos negros decidió irse antes de que lo volviera a agredir o que dijera algo mucho más hiriente de lo que le habían gritado.
Podían seguir siendo primos pero su amistad se había roto.
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Linda tarde la de hoy ¿Verdad? 😊
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Bueno, eso es todo por ahora, nos leemos en la próxima 😉
