Capítulo 37: MARATÓN 1/4

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Un nuevo día se alzaba, los superhéroes volvían a entrenar para mejorar en sus campos y así salvar más personas. Tommy corría en la banda especial que medía la velocidad mientras era supervisado por Barry —quién tenía la pierna enyesada—. Lo cierto era que el joven velocista era muy rápido, logrando romper su marca casi cada semana; "Si se tomara las cosas más en serio sería mejor que nosotros en menos de un año" decían sus tíos.

En ese instante la corredora se detuvo marcando su tiempo.

—2469.6 kilómetros por hora, es muy bueno —alabó Allen—, lograste el Mach 2.

—¡Wow, soy demasiado genial! —gritó mientras se secaba con una toalla.

—Puedes tomarte un descanso, yo iré a registrar tus avances.

—¿Quieres que te ayude?

—No te preocupes, ya he usado muletas otras veces.

—Esta bien, solo, no se rompa la otra pierna, Nora me mataría —bromeó.

Ambos se fueron por caminos separados. Tommy corrió a la cocina para ver si encontraba una barra energética; cuando llegó se encontró con Meredith y Ashur, los dos tenían delantales puestos y preparaban una masa con los ingredientes que estaban dispersos encima de la mesa.

—¿Qué están haciendo?, pero más importante ¿Me invitan? —acto seguido intento poner su dedo en la mezcla pero fue golpeado con el cucharón que tenía la alienígena —¡Ouch!

—Eso no es para ti —advirtió mientras lo amenazaba con el utensilio que tenía.

—A demás, acabas de venir de entrenar, debes estar sudando —aclaró amablemente Ashur.

—No se vale, a mi no me dan permisos como a ustedes.

—Nosotros nos portamos bien y somos disciplinados, es obvio que a nosotros si nos aceptarían —alegó la de pelo rojizo.

—¿Sigues molesta conmigo? —preguntó el de cabello plateado pero no obtuvo respuesta—, anda ¿Un abrazo? —trató de acercarse a ella pero esta agarró una sartén para intentar golpearlo.

—Si me sigues molestando te las verás conmigo Thomas Maximoff —amenazó con voz molesta.

—Yo solo quería un abracito —levantó ambas manos en señal de paz—, pero ya no me meteré, vi "Enredados" se que las sartenes pueden ser peligrosas.

—Mer, sigue moviendo la mezcla para que quede uniforme al momento de hornear —ordenó el rubio.

—Si, lo siento, ya me voy a concentrar —asintió y volvió a su tarea.

El joven Maximoff se iba a retirar pero el de poderes de tele transportación lo llamó con un movimiento de mano, se acercó y el contrario le di una de las galletas que ya estaban horneadas.

—Para tu fortuna, esta tanda de galletas es mía.

—Gracias, tu si eres la onda —la mordió comenzando a saborearla—; esto esta demasiado rico ¿De qué es?

—Son de avena y mantequilla de maní, íbamos a hacer de otro estilo pero sugería una receta más saludable.

—seguía comiendo—La crema de maní se siente muy suave

—Es por la canela y la miel, la idea es que todos los sabores resalten.

—Debes dedicarte a esto, en serio es demasiado rico —animó a su amigo mientras terminada su galleta—, bueno, me tengo que ir, suerte con la repostería.

Dicho esto se marchó y continuó con su entrenamiento.

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