Capítulo 28: NARRACIÓN

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Miles y Gwen fueron los primeros en ir hacia la puerta de la sala de entrenamiento; llegaron muy temprano para tapar la entrada con sus telarañas y comenzar a colocar los carteles más grandes. Morgan fue la encargada de hackear nuevamente las cámaras de seguridad para que no los vieran, pero las cosas que necesitaba estaban en su cuarto por eso no los iba a acompañar, aunque, si había un holograma con su rostro a un lado.

Las siguientes en presentarse fueron Nora y Kira, ambas tenían la cara pintada con líneas de guerra. Poco después apareció Starfire; les comentó que iba a llegar más temprano, pero se había perdido en el inmenso complejo. Alec estaba cerca de ellos, pero como no podía entrar a la sala para entrenar temprano como siempre lo hacía se quedó apartado leyendo sobre tácticas de pelea en su celular.

Faltaba solo media hora para que los adultos comenzaran a aparecer, así que tuvieron que llamar a los que se habían quedado dormidos o todavía no aparecían para que los ayudaran. Después de diez minutos aparecieron: Billy, Tommy, Laura, Martha y Robin. Los recién llegados tomaron sus posiciones mientras que Gwen y Miles les daban sus carteles o le pedían a Billy que hiciera más con su magia. Justo en ese instante aparecieron Chico Bestia y Raven.

—Lamentamos la demora chicos —se disculpó Raven.

—Mi nena y yo estábamos practicando este truco, observen —pidió Chico Bestia.

La más alta subió ambas manos recitando un conjuro en latín; mientras chico bestia se transformaba en un tigre, luego en un león y en varias aves; pero después de esperar unos segundos todos esos animales estaban en la sala de manera individual —todos siendo el mismo Chico Bestia—, los animales comenzaron a rondar por todo el lugar y Raven terminó de recitar el conjuro.

—Esto está genial —comentó impresionado Miles.

—Así si llamaremos la atención —habló Gwen.

—Él tuvo la idea —les contó la de cabello morado—, aún no logra transformarse en varios animales al mismo tiempo pero con ese hechizo lo logrará hasta que vuelva a su forma normal.

El tigre se acercó a la chica moviendo su cabeza cerca a su mano, ella lo acarició mientras que ambos sonreían.

A lo lejos divisaron a Teddy hablando con John, deduciendo que el primero le daba explicaciones de lo que estaba sucediendo en la sala de entrenamientos, el otro no se veía nada molesto pero cuando se retiró supusieron que iría a avisarles a los demás adultos. El rubio se acercó hasta donde estaban todos y se colocó al lado de Billy, poniéndolo nervioso.

—Hola —saludó con una sonrisa—, me alegro llegar justo a tiempo.

—Ho-hola, claro que no esta bien, digo, que esta bien hora, o sea, tu llegada —respondió con balbuceos.

Teddy solo se reia mientras que el otro enrojecía y el hermano del pelinegro —que los observaba de cerca—sentía vergüenza ajena.

Todas las conversaciones que Billy tuvo con Teddy durante las últimas semanas habían sido igual de desastrosas; decidido a que esto cambiara, se propuso tener su primera plática decente con su amor imposible.

—Te vi hablando con John ¿Dijo algo sobre la protesta? —preguntó calmado aunque con voz baja.

—No mucho, solo se sorprendió, me preguntó cuál era la razón de todo esto, pero le dije le avisara a los demás y después se enteraría; el lo entendió, siempre es así de comprensible —respondió.

—Oh —dijo Billy, un poco desanimado por lo último.

Tommy, habiendo escuchado todo, decidió ir en rescate de su hermano. Se acercó a ellos y les puso sus brazos en sus hombros.

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