Capítulo 48: MARATÓN 5/5

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La palabra nervioso se quedaba corta para explicar cómo se sentía Alec en estos momentos. En su última borrachera, no sólo había invitado a salir a Magnus, sino que prácticamente le había confesado que se está enamorando de él. El joven arquero había tratado, al menos, de retirar su invitación; pero el brujo podía llegar a ser muy insistente, eso, o había caído en su encanto a tal punto que ya no podía evitar decirle que si.

Le había pedido a Billy que le lanzara algún hechizo para evitar los nervios pero este se había negado, rescatando que era un proceso que necesitaba vivir por cuenta propia y así aprender lo más posible. Luego le pidió a Tommy que lo ayudara a escoger algo para vestirse, pero como sus estilos no eran parecidos, al final, terminó descartando lo que le eligió y escogió un atuendo el mismo.

Ahora se encontraba esperándolo en la entrada de la asociación para que salieran.

—¿Pensando en mi? —preguntó Magnus atrás suyo, logrando que se sobre exaltara.

—Mag-mag —se aclaró la garganta—Magnus, ¿Cómo estás?

—Contento de que por fin podamos tener una cita —sonrió con picardía—. Si ya estás listo ¿Podemos irnos? —sugirió—. Claro que me gustaría seguir charlando contigo aquí pero no queremos que tu papá me mate.

Alec asintió, sin saber que más decir. Magnus abrió un portal; al atravesarlo, se encontraron en un bar; el mayor le sugirió ir hacia a una de las mesas de billar que estaban en el lugar, el joven aceptó y lo siguió, ambos tomaron un palo para comenzar una partida.

—¿Quieres algo de tomar? —preguntó el de ojos negros—, hay tragos sin alcohol, así que puedes pedir lo que sea —destacó recordando la poca resistencia del contrario a ese tipo de bebidas.

—Lo que tú me sugieras esta bien —acto seguido, el mayor hizo aparecer dos Martini—, gracias.

—Muy bien, chico lindo; me gustaría conocer más de ti —expresó e hizo el primer tiro.

—No hay mucho que contar realmente —hizo el segundo tiro y logró meter una de las bolas—, todo lo que haz visto es lo que hay.

—Eso no puede ser cierto —sonrió—, así como cada día aprendes algo nuevo, también cambias; por eso siempre hay algo nuevo que contar —hizo un tiro moviendo algunas bolas—. Además, nunca se llega a conocer del todo a una persona.

—Ehhh —detuvo su tiro un momento para pensar—. Me gustan las películas de criaturas mitológicas, como vampiros, hombres lobo, bruj...—antes de decir lo último miró al contrario sonreírle de manera coqueta, logrando que se sonrojara—y eso, me parece bastante interesante, siempre me he imaginado lo que sería pelear contra esos seres —comentó e hizo un tiro.

—Entonces te gustaría estar en mi mundo, hay toda clase de criaturas, incluso las que mencionaste —tomó un sorbo de su bebida—; lastimosamente no podría enseñártelo pronto, tengo algunos problemas con seres de allí; pero en cuanto resuelva todo, te llevaré.

—Aprecio eso —le dedicó una sonrisa.

Si bien a Magnus le gustaba el estilo de chico serio que poseía Alec, verlo sonreír lo fascinaba, era una de las pocas veces que lo había visto hacerlo, así que era como un regalo que guardaría en su mente.

—¿Algo más? —preguntó el brujo e hizo un tiro exitoso.

—Ya sabes que me gusta el tiramisu.

—Y gracias a eso, ya se como conquistarte más —le guiño el ojo.

—Me gusta mucho esto también —señaló el billar—, es muy parecido a la arquería, todo se trata de puntería —hizo un tiro pero falló–. No se puede ganar siempre.

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