WHATSAPP : JÓVENES SUPERHÉROES

Capítulo 44: MARATÓN 1/5

(⚠️ Este capítulo contiene un tema muy delicado como lo es el intento de suicidio. Si el tema te incómoda, por favor no lo leas, tu bienestar es importante⚠️)

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Billy se encontraba leyendo por los pasillos de la "Asociación de Superhéroes", este libro en específico se lo había regalado Danny en su cumpleaños número quince; recordó como le contó que estuvo horas esperando fuera de una librería para conseguirlo, ya que era un estreno exclusivo; sonrió al recordarlo y eso hizo que pausara su lectura para mirar la foto que tenía en su billetera de su mejor amigo; estaba tan absorto en sus pensamientos que no se fijó por donde iba así que en una esquina se chocó con alguien.

—¡Ay, lo siento! Fue culpa mía —se disculparon ambos al mismo tiempo.

Cuando el joven hechicero levantó la vista vio a su amor imposible delante suyo, haciendo que automáticamente una sonrisa boba apareciera en su rostro, pero recobró la compostura lo más rápido que pudo y se levantó, Teddy hizo lo mismo, pero recogiendo el libro y la foto que se le habían caído, al contrario.

—Tu manía de leer mientras caminas se hace presente otra vez —bromeó y le devolvió su libro primero.

—Siento que así fluyo más, tal vez debería hacerlo en una caminadora para evitar esto —dijo refiriéndose al choque.

—Es una buena idea —apoyó y miró la foto que había recogido antes de entregársela a Billy—; perdona si soy impertinente, pero ¿Este chico no es el que subiste en tu estado el otro día?

—No te preocupes -se apresuró a decir—, si es él, su nombre es Danny —suspiró—o mejor dicho, era Danny.

—Oh, lo siento tanto, mi más sentido pésame.

—Gracias —sonrió.

Después de eso se instaló un silencio, el mitad Skrull quería preguntar sobre él, pero no quería incomodar al otro, este notó su curiosidad y lo invitó a sentarse con él en el suelo, el contrario aceptó sin preguntar.

—Se que quieres saber, te lo puedo contar —le ofreció el pelinegro.

—No es necesario si no te sientes cómodo.

—Tranquilo, ya sané esa herida hace mucho tiempo —recordó con un suspiro—, además, confío en ti, somos...cercanos, me sorprende que no te haya contado antes.

—Solo no se presentó la oportunidad —supuso y se acomodó en su sitio para escuchar.

Billy le contó a Teddy toda su historia, desde que conoció a Danny hasta como al día de hoy, aún después de su muerte, era muy importante para él; el rubio escucho cada palabra con un interés genuino hasta que acabó su relato.

—Se nota lo mucho que marcó en tu vida —posó su mano en el hombro del contrario—y...-dudo un segundo en decir lo siguiente—lo entiendo perfectamente porque yo pasé por algo similar.

—¿En serio? —preguntó sorprendido.

—Es algo que sólo los involucrados saben, nunca he querido contárselo a nadie, es algo delicado —confesó con la voz triste.

—Ey, ey —tocó su pierna para reconfortarlo—, no tienes porque contármelo, se lo difícil que puede ser.

—Quiero hacerlo; contigo me siento cómodo, es como si las palabras salieran por si solas de mi boca —confesó de una forma que hizo que el contrario se enterneciera.

—Esta bien, cuéntame.

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La vida de Teddy era como la de cualquier niño de seis años, tenía una mamá a la que quería mucho y muchos amiguitos con los que jugaba, todo lo que un niño de esa edad necesitaba para ser feliz, pero pronto esto cambiaría. Tan solo un año más tarde se enteró de que su madre no lo era realmente, no sólo eso, si no que sus verdaderos padres eran un guerrero Kree y una princesa Skrull, también se enteró de que tenía poderes; sin duda la vida del pequeño Teddy cambió por completo ese día, ya que sus padres habían decidido llevárselo para criarlo, gracias a que la guerra entre sus razas había cesado por el momento, además de que tenía que enseñarle a su hijo a adaptarse; el niño estaba realmente confundido, no entendía muy bien todo el asunto pero no podía hacer algo a respecto.