Capítulo 23: NARRACIÓN

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Para celebrar que Miles, Nora y Ashur habían terminado con éxito su penúltimo año de secundaria, los hijos de los superhéroes decidieron pasar un día en la playa. Aunque los mayores se ofrecieron a llevarlos, ellos se negaron, pues ya habían acordado que Ellie los llevaría en su minivan.

Durante el trayecto, la mayoría se puso a cantar las canciones más populares del momento mientras se contagiaban de una buena vibra; a excepción de Martha y Robin que estuvieron peleando todo el camino porque todos estaban muy juntos por el poco espacio, también estaban Alec y Frigga, que no estaban nada contentos de que los obligaran a ir.

Apenas Ellie estaciono su minivan, Miles y Tommy corrieron hacia el mar mientras se quitaban su ropa, cuando quedaron en traje de baño se metieron al agua sin pensarlo mucho.

—¡Esta helada! —Miles salió del mar tiritando y abrazándose a sí mismo.
 
—Te lo advertí y no me hiciste caso —mientras Ashur reprochaba a su amigo el no seguir su consejo, le daba una toalla para que se abrigue.

—No te enojes pollito —su amigo rodó los ojos y él rio.

Los demás llegaron a la arena y se comenzaron a instalar. Algunos decidieron quedarse con la ropa con la que habían salido mientras que otros se la quitaron y quedaron en bikini.

Nora quiso enterrar a Alec en la arena pero este se negó alegando que le desesperaba sentir el arena en su cuerpo, acto seguido se sentó sobre una toalla y debajo de una sombrilla mientras la chica buscaba una nueva víctima. Morgan y Kira se habían recostado sobre una toallas inteligentes —que la primera había inventado—que te indicaban el punto exacto de un bronceado, estaban conversando de los más tranquilas hasta que Tommy se les acercó.

—¿Quieren que las ayude a ponerse bloqueador o bronceador? —preguntó en un tono galante.

—No gracias —respondió Morgan.

—Tampoco —negó Kira y el chico iba a insistir—, recuerda que tengo 17, así que si insistes, te denunciare —advirtió, dejando al otro sin palabras.

El velocista se alejo de ambas chicas, empezó a caminar por la playa buscando a alguna chica con la cual pasar el rato.

Por otro lado, Meredith se había subido a un trampolín improvisado que creo Billy con sus poderes para saltar al agua haciendo clavados, llevaba haciéndolo cuatro veces pero se estaba cansando porque tenía que subir varios metros para volver a lanzarse. Salió del agua para volver a subir, pero antes de que tocará la escalera Martha la agarro de la cintura.

—¿Te ayudo a subir? —sonrió pícara.

—No hace falta —trato de apartarse pero la otra aferro su agarre—. Si te permito llevarme una vez ¿Dejaras de insistirme? —cuestionó resignada.

—Palabra de honor —le guiño—, agárrate fuerte —ordeno y en seguida despegó.

Si bien Meredith había volado en reiteradas ocasiones en naves espaciales, nunca lo había hecho libremente y admitía que le agradaba mucho la sensación; la de ojos azules pareció darse cuenta así que desvío un poco su camino y comenzó a volar por toda la playa haciendo acrobacias, la adrenalina que recorría era casi adictiva; pasaron varios minutos así hasta que llegaron a su destino real, el trampolín.

—Espero que te haya gustado.

—Eso fue increíble —confesó emocionada—, ojalá yo también pudiera volar.

—Cuando quieras puedes decirme y yo te llevo.

—Gracias —dijo sincera y se dio cuenta que seguía teniendo sus manos en su cintura—, ya me puedes soltar.

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