Ashur y Keila se encontraban sumidos en un silencio algo incómodo mientras caminaban a la par para llegar al cine.
Había sido difícil hacer que Drax dejara salir a su pequeña hija —como él la veía—al cine, pero Mantis alegó que sabía que Ashur era un buen chico; además solo sería un cita para que se conocieran mejor y ver si surgía algo.
En realidad, ambos chicos se llevaban bastante bien pero la situación era algo pesada para los dos, más para Keila, esta se sorprendió bastante cuando el rubio la invitó a salir.
Ashur sabía que debía decir algo pronto o sino la noche iba ser bastante larga y su amistad podría resultar fracturada.
—Te ves bonita —alabó con sinceridad.
—Gracias, Mer lo escogió, no soy buena eligiendo ropa "cool" —resaltó la última palabra—, yo me iba a poner un vestido con estampado de Mickey Mouse —sonrió.
—Oh, seguro también se te veía bien, además...¿Quién no ama Disney? —ambos rieron.
Ahora ambos estaban más relajados. Caminaron un par de cuadras más y al menor se le ocurrió la idea de tomar la mano de la chica, en un gesto que pretendía ser dulce; pero cuando sus palmas se juntaron, los ojos de Keila se tornaron rosa y comenzaron a brillar, esto duró sólo unos segundos pero hizo que el rubio se preocupara.
—¡Ey! ¿Estás bien? —sacudió un poco su hombro.
—Si, solo...no sé cómo explicarlo bien, mis poderes detectaron todos tus sentimientos, lo siento, a veces no lo controlo —contó un poco atontada, ante la atónita mirada del contrario—, ¿Por qué estas saliendo conmigo si te gusta Mil... —no termino de preguntar porque fue interrumpida.
—Por favor, no lo digas —se apoyo sobre una pared.
—¿Por qué? No tienes, ni puedes ocultarlo de mi, no con lo que acabo de sentir.
—Porque si lo dices en voz alta se convertirá en algo real, como una bola de nieva que va cayendo y haciéndose cada vez más grande — cerró fuerte los ojos y Keila puso su mano en su hombro para transmitirle algo de tranquilidad.
—Necesitas hablarlo con alguien, guardar tus emociones te daña desde dentro —el contrario abrió los ojos—, puedes confiar en mi —le dedico una dulce mirada —¿Desde cuando estas enamorado de él?
Ashur dudo, su corazón latía demasiado rápido y eso le daba miedo; sentía como si alguien más los estuviera escuchando y tenía que se lo contara a todo el mundo, sabía que era tonto pero no podía evitar sentirse de esa forma, pero sabía también que lo que decía Keila era cierto, necesitaba poder sacar lo que tenía adentro.
—No lo sé con exactitud, tal vez más tiempo del que me imagino —suspiró—, pero estoy seguro desde la fiesta, cuando vi su sonrisa solo...solo quise que esa sonrisa nunca se fuera y que volviera a nacer por mi.
—Eso es muy bonito —frunció el sueño—pero no entiendo porque me pediste para salir si sientes eso por él.
—Fue idea del mismo Miles hacer todo esto —la miro fijamente por primera vez en la noche—, no quiero que pienses que quiero jugar contigo, jamás haría eso, desde que lo planeamos decidí que quería que esto funcionará.
—¿Por qué?
Si bien ella podría sacar las repuestas fácilmente usando sus poderes prefería que el contrario lo hablara para que se pudiera sentir mejor.
—Desde que tenemos memoria, Miles ha estado enamorado de Frigga; deberías ver de cerca su rostro cuando la mira o habla de ella, se llena de luz completamente —dijo con una sonrisa triste—. No me quiero convertir en el tipo cliché de alguien que se enamora de su mejor amigo y espera que mágicamente sea correspondido —negó bastantes veces con la cabeza—; no tengo oportunidad alguna, si le llegara a contar esto perdería más de lo que ganaría, conozco lo suficiente a Miles para saber que no sabría que decirme, no me odiaría pero ya nada seria lo mismo, no estoy dispuesto a perder a mi mejor amigo por un simple capricho del corazón.
Ambos se quedaron en un silencio por un largo período hasta que Ashur se enderezó y tomó una mano de Keila entre las suyas.
—Quisiera que si todo sale bien hoy o agradable como mínimo, saliéramos más veces. Quiero explorar opciones, no sólo quedarme con una tonta ilusión —suspiro—. Keila me caes muy bien, y siento que podríamos tener algo bien juntos.
La mayor se quedó analizando por medio minuto con un expresión neutra, hasta que finalmente se suavizó y le regalo una sonrisa.
—Esta bien, pero quiero que sepas algo —se puso seria de nuevo—, soy tierna si, pero no soy tonta; se que lo que esperas que suceda es casi imposible, así que no me pidas en algún momento que utilice mis poderes para ayudarte a sobrellevar tus verdaderas emociones ¿Esta claro?
—Claro que si.
Ambos bajaron sus manos, se dedicaron una última sonrisa y unieron sus palmas para seguir caminando al cine.
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Bueno, eso es todo por ahora, nos leemos en la próxima 😉
